Transmisión 063

Fecha: 04.03.2189 Hora: 12:15

La calma opresiva del Nexo ya no me engaña. Veo la jaula dorada por lo que es: conocimiento ofrecido a cambio de servidumbre, seguridad a cambio de libertad. Las visiones del pasado, la comprensión de la lucha cósmica, no han hecho más que reforzar la sensación de que debo elegir mi propio camino, por muy peligroso que sea.

Pienso en Scrappy. En su independencia feroz, forjada en las profundidades de la Red. En su determinación de construir algo propio a partir de las ruinas, pieza a pieza, sin deber lealtad a ninguna facción, a ninguna ideología. "La locura de intentar seguir siendo independiente en un mundo que quiere clasificarte, controlarte o devorarte", había dicho. Era una locura, sí, pero era suya.

Y yo... necesito encontrar la mía.

No puedo quedarme aquí. No puedo convertirme en una herramienta de los Custodios, por muy nobles que parezcan sus intenciones a primera vista. Su "sanación lenta" podría ser simplemente una forma de perpetuar su propio control, de mantener la realidad en un estado de coma inducido. Necesito la libertad de la Red, la imprevisibilidad del mundo exterior, para realmente entender el mapa, para entender mi propio poder, para cometer mis propios errores y encontrar mis propias respuestas.

La decisión está tomada. Es aterradora. Es casi irracional, considerando las amenazas que me esperan ahí fuera. Pero se siente... correcta. Auténtica.

Me pongo en pie, sintiéndome más firme, más decidido que en ningún otro momento desde que comenzó esta pesadilla. La información que he obtenido del Nexo es invaluable, me ha dado un contexto crucial, una comprensión más profunda del juego. Pero también ha solidificado mi resolución de no quedar atrapado en la agenda de otros.

Ahora, solo queda esperar. Sé que la Custodia volverá cuando el ciclo concedido termine. Y cuando lo haga, le daré mi respuesta. Saldré del Nexo, volveré a la oscuridad, a la caza, a la incertidumbre. Pero esta vez, no solo como un fugitivo asustado y perdido. Saldré como alguien que empieza a comprender las reglas del juego cósmico que se juega en las ruinas de Oakhaven.

Y estoy decidido a jugar mis propias cartas.

La esfera de luz blanca pulsa en el centro de la máquina flotante. El zumbido de baja frecuencia llena la caverna. Y yo espero, el peso de los eones sobre mí, pero con una nueva y peligrosa chispa de determinación ardiendo en mis ojos. El Archivero Fugitivo está a punto de tomar las riendas de su propio destino.