TRANSMISIÓN 10
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Transmisión 10

Transmisión 010

Fecha: 10.01.2189 Hora: 09:15

El agotamiento es una droga pesada, un sedante que nubla los bordes afilados del miedo. Me dejo caer en el catre mugriento, el metal protesta bajo mi peso insignificante. El olor a sudor viejo y polvo es casi reconfortante comparado con el hedor químico del exterior. Cierro los ojos. Solo un momento. Solo para dejar de pensar. Dejar de correr. Dejar de sentir la presión constante de ser cazado, la carga helada del mapa contra mi piel, la cacofonía de Ecos que es mi maldita realidad.

El silencio aquí dentro es una mentira, lo sé. Los Ecos industriales siguen zumbando en el fondo, un mantra de miseria mecánica. Y las imágenes no se van. La Cicatriz. El Devorador. Los visores negros de los Silenciadores. Los ojos rojos del Cazador. Bailan detrás de mis párpados como proyecciones fantasmales. No habrá descanso real. No aquí. No ahora. Quizás nunca más.

Soy Silas el fugitivo. Silas el portador de la llave. Silas el cazado. La nueva letanía de mi existencia. Repito las palabras en mi mente, tratando de acostumbrarme a su peso, a su sabor amargo. El viaje apenas ha comenzado, y ya estoy roto, perdido en las profundidades oxidadas de un nivel industrial sellado, con solo unas barras de nutrientes robadas y un broche misterioso como posesiones. Patético.

Quizás pueda dormir un poco. Un sueño corto, agitado, lleno de pesadillas. Mejor que nada. Necesito recuperar fuerzas. Necesito pensar con claridad, si es que eso es posible ya. Necesito un plan que vaya más allá de seguir ciegamente un artefacto o huir del próximo sonido.

Me permito relajar los músculos tensos. Dejo que la oscuridad de la caseta me envuelva. El zumbido de los Ecos parece atenuarse ligeramente, o quizás es solo mi cerebro agotado empezando a desconectar. La tensión en mis hombros disminuye una fracción. Casi... casi podría...

Clic.

El sonido es suave, casi imperceptible. Pero en el silencio relativo de la caseta, resuena como un disparo. Mis ojos se abren de golpe. Mi cuerpo se tensa instantáneamente, la adrenalina barriendo cualquier atisbo de relajación. ¿Qué ha sido eso? ¿La puerta? ¿Algo fuera?

No. El sonido vino del interior de la caseta.

Zzzzzzz.

Un leve zumbido electrónico. Bajo, pero inconfundible. Proviene del banco de trabajo.

Me levanto de un salto, el catre chirriando lastimosamente. Mi mano va instintivamente al cuchillo en mi bolsillo. Me giro hacia el banco, el corazón latiéndome de nuevo con fuerza en la garganta. ¿Qué demonios...?

El datapad. El antiguo y grueso datapad industrial que había dado por muerto. Su pantalla, antes oscura y sin vida, ahora emite un brillo débil y verdoso. No es una luz fuerte, pero en la oscuridad de la caseta, es como un faro.

Me acerco con cautela, paso a paso. ¿Cómo? ¿Se ha activado solo? ¿Tenía alguna carga residual? ¿O...?

En la pantalla débilmente iluminada, parpadeando lentamente con una cadencia hipnótica, aparece un símbolo.

La rueda dentada rota. Con el ojo estilizado grabado en el centro. El mismo símbolo del broche que encontré. El símbolo de la facción desconocida, los adoradores de la máquina.

Mi sangre se hiela. No se activó solo. Alguien lo activó. Remotamente. Saben que estoy aquí. Saben que encontré su escondite. Saben que cogí sus suministros, su broche.

Y debajo del símbolo parpadeante, aparece texto. Letra por letra. Como si alguien, en algún lugar, lo estuviera escribiendo en tiempo real, enviándolo a través de kilómetros de cables olvidados o señales inalámbricas fantasmales.

>CONEXIÓN ESTABLECIDA.

Conexión. ¿Con quién? ¿Con qué?

>BIENVENIDO, INTRUSO.

Intruso. Lo sabía. Saben que estoy aquí. Y no están contentos. O quizás sí. La palabra "bienvenido" suena sarcástica, amenazante.

>HEMOS ESTADO OBSERVANDO TU PROGRESO.

Observando. La palabra me produce escalofríos. ¿Desde cuándo? ¿Desde que entré en la caseta? ¿O desde antes? ¿Desde que activé la baliza en el mapa? ¿Son ellos la mirada calculadora que sentí en los Archivos? ¿Son ellos los que me han estado siguiendo, además de los Silenciadores y el Cazador?

>¿INTERESADO EN UN INTERCAMBIO?

Un intercambio. ¿Qué tengo yo que ellos puedan querer? Aparte de las barras de nutrientes robadas...

>TENEMOS INFORMACIÓN.

Información. En mi situación actual, la información correcta podría valer más que cualquier tesoro. Información sobre cómo salir de aquí, sobre la Red de Sombra, sobre mis perseguidores...

>TÚ TIENES ALGO QUE QUEREMOS.

Ahí está. La trampa. El precio. ¿Qué quieren? La respuesta es obvia, casi inevitable. El mapa. El artefacto estelar. La llave. Todos quieren la llave.

Miro fijamente la pantalla, las letras verdes brillando en la oscuridad como ojos de reptil. El cursor parpadea, esperando. No estoy solo. Mi escondite temporal, mi breve respiro, acaba de convertirse en una sala de interrogatorios improvisada, en una posible trampa mortal. O... en una oportunidad inesperada. Una negociación desesperada en el corazón de la maquinaria muerta.

¿Quiénes son estos Mecanistas del Ojo Oculto? ¿Y qué estoy dispuesto a pagar por sobrevivir? La pregunta queda flotando en el aire viciado, tan pesada y peligrosa como el silencio que la sigue.

Transmisión recibida: 4/17/2025

ID: 10