"Los Custodios me hablaron de la Señal", digo, recordando la conversación en el Nexo del Silencio. "Dijeron que su propósito es preservarla, mantenerla estable."
Gear resopla con desdén, volviendo a su trabajo en la maquinaria, aunque sigue hablando. "Preservarla en formol, querrás decir. Los Custodios son como bibliotecarios cósmicos obsesionados con mantener los libros perfectamente ordenados en sus estanterías, incluso si el contenido está obsoleto, es peligroso o simplemente necesita airearse. No entienden, o no quieren entender, que la Señal no es algo estático, Archivero. Es... música. Es una vibración fundamental, sí, pero tiene que fluir, cambiar, adaptarse a las resonancias que la rodean. Intentar congelarla en un estado 'puro' o 'estable' solo crea más disonancia a largo plazo. Es como intentar detener un río construyendo una presa: tarde o temprano, la presión se acumula y algo se rompe."
Su analogía resuena conmigo, recordando la sensación de energía contenida y casi sofocante en el Nexo. "¿Y los Mecanistas?", pregunto, recordando su fe ciega en la lógica y la tecnología, y la advertencia de Gear sobre el libro.
"Ellos son el extremo opuesto, pero igual de peligrosos", dice Gear, apretando una válvula con su llave inglesa. "Ellos quieren reemplazar la música con el tictac implacable de un reloj. Orden absoluto. Lógica fría. Control total. Creen que pueden eliminar el 'caos' de los Ecos, la imprevisibilidad de la resonancia, con pura ingeniería, con algoritmos y maquinaria perfecta." Suelta una risa seca. "Son idiotas arrogantes. El caos, la disonancia, la improvisación... son parte de la canción. Intentar eliminarlo es como intentar eliminar el silencio entre las notas. Destruyes la música misma. Lo que ellos buscan no es armonía, es silencio mecánico."
La descripción de Gear sobre la "cristalización lógica" que leí en la tablilla ámbar vuelve a mi mente. La filosofía de los Mecanistas parece un eco moderno y tecnológico de esa antigua fuerza invasora.
"Entonces, ¿cuál es tu enfoque?", pregunto, intrigado por la perspectiva única de este técnico resonante. "Si los Custodios quieren congelar la música y los Mecanistas quieren reemplazarla por un reloj, ¿qué propones tú?"
Gear se detiene y me mira, una sonrisa cansada pero sabia dibujándose en su rostro curtido. "Yo no propongo nada a gran escala, Archivero. He visto suficientes grandes planes y salvadores autoproclamados estrellarse contra la realidad de Oakhaven. Yo solo intento mantener mi pequeña parte de la maquinaria funcionando", dice, dando una palmada a la máquina que acaba de reparar. "Reparar lo que está roto. Entender cómo funcionan las cosas, desde un simple regulador de flujo hasta las corrientes de Ecos que nos rodean. Y quizás... encontrar la forma de tocar mi propia melodía en medio de todo este ruido."
Su mirada se vuelve más intensa al posarse de nuevo en mí, y en el libro que sostengo. "Pero tú... tú eres diferente. Has tropezado con instrumentos de poder real. Ese mapa que sin duda llevas oculto, y ese libro... tienen el potencial de cambiar la canción entera, de reescribir la partitura de este mundo roto." Hace una pausa, su expresión seria. "Pero un instrumento es inútil si no sabes tocarlo. O peor aún, es peligroso. Podrías desafinar la realidad de formas que ni imaginas, o atraer la atención de cosas mucho peores que el Cazador."
La advertencia queda flotando en el aire, pesada y ominosa. Tengo poder en mis manos, pero carezco del conocimiento y la habilidad para usarlo correctamente. Soy un músico novato con un instrumento capaz de destruir el mundo.
Transmisión recibida: 4/17/2025
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