Transmisión 102

Fecha: 12.04.2189 Hora: 00:40

Gear termina de ajustar el regulador de presión en la maquinaria. El zumbido que emitía se vuelve más suave, más estable, casi un ronroneo satisfecho. "Listo", anuncia, limpiando sus herramientas con un trapo grasiento y guardándolas metódicamente en su caja. "Eso debería aguantar otro par de ciclos sin sobrecalentarse ni empezar a escupir refrigerante tóxico."

Se vuelve hacia mí, apoyándose casualmente contra la máquina reparada. "Bueno, Archivero. Ha sido una charla inesperadamente interesante. Pero tengo otros nodos que revisar antes de que la entropía reclame más partes de esta ciudad."

Se dirige a otra rejilla de ventilación en la pared opuesta de la plataforma, una que no había notado antes. "¿Y tú? ¿Adónde vas ahora? ¿Sigues empeñado en buscar ese Corazón Silente del que hablan las leyendas?"

"Yo... no lo sé", admito honestamente, sintiéndome de nuevo a la deriva. "La Custodia me dio un mapa mental que me llevó a la Biblioteca Rota. Fui allí, encontré algo de información, pero el Cazador me encontró también. Scrappy me ayudó a escapar usando un transportador de los Arquitectos y me dejó aquí."

Gear asiente lentamente, procesando la información. "Scrappy. Sí, es buena en lo suyo. Dura como el acero cromado, pero tiene su propio código de honor retorcido." Me mira pensativamente, sus ojos grises evaluándome. "La Biblioteca Rota... conocimiento peligroso y fragmentado allí. Y el Corazón Silente, si existe, está aún más profundo, en el corazón mismo de los Distritos Olvidados, un lugar del que pocos regresan." Sacude la cabeza. "Llegar allí solo, con el Cazador y los Silenciadores pisándote los talones... es una sentencia de muerte."

Su mirada se vuelve seria. "Necesitas aprender rápido, Archivero. Muy rápido. Aprender a moverte por las sombras sin ser visto, a defenderte con lo que tengas a mano, y sobre todo, a usar esa resonancia tuya", dice, señalando mi cabeza, "sin volarte la cabeza en el proceso o atraer a todas las cosas desagradables que acechan en la oscuridad cada vez que la usas."

Abre la rejilla de la pared opuesta, revelando otro conducto oscuro. "Este conducto lleva hacia arriba, hacia los niveles residenciales inferiores, cerca del borde de los Distritos Comerciales Abandonados. Es territorio más... poblado. Más oportunidades para perderse entre la multitud, pero también más ojos vigilando, más peligros humanos. Ten cuidado."

Hace una pausa, como si estuviera debatiendo algo consigo mismo. Luego, rebusca en uno de los bolsillos de su mono de trabajo y saca algo. Es un pequeño disco metálico, de unos cinco centímetros de diámetro, hecho de lo que parece latón y cobre, con un único cristal de color ámbar pálido engastado en el centro. Se parece vagamente a la Brújula de Ecos que me dio la Custodia, pero es más simple, más tosco, claramente artesanal.

"Toma esto", dice, tendiéndome el disco. "Es un 'Sintonizador de Ecos' básico que construí. No te guiará como esas elegantes Brújulas Custodio, no te dirá adónde ir. Pero te ayudará a filtrar el ruido de fondo, a enfocar tu sensibilidad. Te permitirá 'oír' Ecos específicos o firmas psíquicas con más claridad si aprendes a calibrarlo mentalmente. Podría darte una ventaja, ayudarte a detectar el peligro antes de que te encuentre."

Tomo el Sintonizador, sorprendido por el inesperado regalo. Es frío y pesado en mi mano. El cristal central brilla débilmente con una luz propia. "Gracias, Gear", digo sinceramente. "¿Por qué haces esto?"