El túnel gime a mi alrededor. Más trozos de hormigón y metal retorcido caen desde el techo agrietado, estrellándose contra la pasarela y el suelo con ruidos sordos y alarmantes. La estructura no aguantará mucho más. Y mi explosión psíquica ha sido un faro para cualquiera que me esté buscando. Tengo que salir de aquí. ¡Ya!
Miro a mi alrededor desesperadamente, mis ojos barriendo la pasarela de servicio y las paredes del túnel a través del polvo y el humo. El camino por el que vine está demasiado lejos y probablemente sea peligroso ahora. La ruta hacia los Distritos Comerciales está bloqueada por la compuerta caída y, con suerte, por el Cazador. ¿Hay alguna otra salida?
Entonces la veo.
En la pared lateral del túnel principal, justo debajo de la pasarela donde me encuentro, hay una pequeña puerta metálica que no había notado antes. Probablemente una puerta de acceso a algún sistema de mantenimiento secundario o a una escalera de servicio. Estaba cerrada y era insignificante, pero la onda de choque de la explosión de la compuerta la ha abierto de golpe, arrancándola parcialmente de sus goznes. Cuelga torcida, revelando una abertura oscura más allá.
Es mi única oportunidad.
Salto desde la pasarela de servicio al suelo del túnel principal, aterrizando con un impacto que me resuena en las rodillas, ignorando el dolor. Corro hacia la puerta reventada mientras más escombros caen del techo. La jaqueca vuelve a martillearme las sienes, una protesta de mi cerebro por el esfuerzo psíquico masivo que acabo de realizar.
La puerta da a una escalera estrecha y empinada que asciende en espiral hacia la oscuridad. Es de metal oxidado, como tantas otras estructuras olvidadas en esta ciudad. No tengo ni idea de adónde lleva, a qué nivel, a qué peligros. Podría ser una trampa, un callejón sin salida.
Pero no tengo otra opción. Quedarme aquí es la muerte segura, ya sea por el colapso del túnel o por las manos de quienes vengan atraídos por mi señal.
Sin dudarlo más, me lanzo a la escalera y comienzo a subir, peldaño tras peldaño metálico y resonante. Hacia arriba. Hacia los niveles más poblados, según Gear. Hacia lo desconocido.
Dejo atrás el caos inmediato, la compuerta caída, la masacre Mecanista, el túnel que gime amenazadoramente. Pero sé que no estoy escapando del peligro. Solo estoy cambiando un tipo de trampa por otra. Acabo de anunciar mi presencia a toda la ciudad subterránea. Mi intento de encontrar aliados o información me ha puesto en un peligro aún mayor.
La Necrópolis de Neón no perdona los errores. Y yo acabo de cometer uno muy grande y muy ruidoso. Sigo subiendo, el sonido de mis propios pasos resonando en la oscuridad ascendente.
Transmisión recibida: 4/17/2025
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