Transmisión 118

Fecha: 28.04.2189 Hora: 03:15

Me detengo ante la puerta metálica oxidada, marcada con la llave inglesa y el hueso cruzados. La música de la flauta de Scrappy se filtra claramente a través del metal, una melodía melancólica que contrasta extrañamente con la sordidez de la callejuela. Siento su presencia psíquica al otro lado, concentrada y protegida por su escudo mental. Es ella.

Respiro hondo, reuniendo valor. Levanto una mano y llamo suavemente a la puerta con los nudillos. El sonido metálico parece resonar en el estrecho callejón.

"¿Scrappy?", llamo, mi voz sonando un poco insegura.

La música de la flauta se detiene abruptamente. Un silencio tenso cae sobre la callejuela, roto solo por el goteo lejano de agua sucia y el murmullo distante del mercado. Pasan varios segundos que se sienten como minutos.

Finalmente, oigo la voz ronca y cautelosa de Scrappy desde el interior, amortiguada por la puerta. "¿Quién pregunta?" Su tono es suspicaz, alerta.

"Soy yo. Silas", respondo, intentando mantener la voz baja pero clara. "El archivero que ayudaste en la Biblioteca Rota."

Otro momento de silencio. Luego, oigo el sonido inconfundible de varios cerrojos metálicos pesados deslizándose desde el interior. La puerta se abre una rendija, no más de unos pocos centímetros. En la oscuridad del interior, veo el brillo amarillo intenso del ojo cibernético de Scrappy. El ojo gira, escaneándome de arriba abajo, deteniéndose en mi nueva ropa, en mi rostro cansado y sucio.

"Archivero", dice Scrappy, su voz baja y llena de sorpresa contenida, quizás con un toque de molestia. "¿Qué demonios haces aquí? Te dije que te fueras por el conducto ascendente."

"Lo hice", respondo rápidamente, manteniendo la voz baja. "Seguí el conducto, encontré a alguien... un técnico llamado Gear. Me ayudó, me dio esto." Levanto brevemente el Sintonizador de Ecos. "Pero luego tuve... problemas. En un túnel de tránsito. El Cazador apareció de nuevo. Y los Silenciadores. Tuve que provocar una explosión para escapar." Hago una pausa. "Y entonces... sentí tu Eco. Tu música. Cerca."

Scrappy me mira fijamente a través de la rendija por un largo momento, su ojo cibernético inmóvil ahora, procesando mi historia. Puedo sentir su mente trabajando, evaluando la situación, el riesgo. Finalmente, deja escapar un suspiro audible, un sonido de resignación exasperada.

"Maldición, Archivero, eres un imán para los problemas", murmura. Abre la puerta del todo, revelando la penumbra de su taller detrás de ella. "Entra rápido, antes de que atraigas más atención no deseada a mi puerta."

No necesito que me lo diga dos veces. Me deslizo rápidamente al interior, y Scrappy cierra la pesada puerta metálica tras de mí. Oigo el sonido satisfactorio y tranquilizador de los múltiples cerrojos volviendo a su lugar. Por ahora, al menos, estoy fuera de la callejuela oscura y dentro del refugio de Scrappy.