Transmisión 119

Fecha: 29.04.2189 Hora: 03:20

Una vez dentro y con la puerta asegurada, mis ojos se adaptan a la penumbra del refugio de Scrappy. Es... exactamente como me la imaginaría. Un caos funcional. Una serie de pequeñas habitaciones interconectadas, algunas excavadas directamente en la roca circundante, otras aprovechando estructuras preexistentes de la ciudad, todas ellas llenas hasta los topes de una colección asombrosa de chatarra, piezas de maquinaria de todas las épocas, herramientas especializadas y de aspecto improvisado, rollos de cable, componentes electrónicos y dispositivos a medio reparar o desmontar. El aire huele intensamente a metal caliente, a disolventes químicos y al leve pero persistente aroma del aceite de la lámpara que Scrappy cuelga ahora de un gancho en el techo bajo.

A pesar del desorden aparente, percibo un orden subyacente, una lógica interna en la disposición de las cosas que solo Scrappy probablemente entiende. Cada montón de chatarra, cada estante improvisado, parece tener un propósito. Es el taller y el hogar de una carroñera y mecánica experta.

"No es mucho, pero es seguro", dice Scrappy, su tono volviéndose un poco menos hostil ahora que estamos dentro. Cuelga su flauta en un clavo de la pared y deja caer su bolsa de lona sobre un montón de piezas de robot. "Las paredes están reforzadas con placas de blindaje rescatadas, y tengo algunas... sorpresas... instaladas para visitantes no deseados." Señala con un gesto vago unas placas metálicas de aspecto inocente incrustadas en el suelo cerca de la entrada que no había notado al entrar. "Así que ten cuidado donde pisas. No me hago responsable si te electrocutas o te quedas pegado al suelo."

Asiento en silencio, tomando nota mental de la advertencia y sintiéndome aún más como un intruso en su espacio personal. "¿Qué haces aquí?", pregunto de nuevo, mi curiosidad superando mi cautela. "Pensé que te ibas por la Red de Sombra, en otra dirección."

Scrappy se encoge de hombros, empezando a revisar el contenido de su bolsa. "Tenía que recoger algunas herramientas y componentes que dejé aquí en mi última visita. Este es uno de mis varios escondites seguros en los niveles inferiores." Hace una pausa, y me mira con sus ojos desiguales, una chispa de algo parecido a la diversión en ellos. "Y... digamos que sentí curiosidad por ver si el 'pájaro de arriba' lograba salir del Nivel 9 sin hacerse matar. Además", añade, su expresión volviéndose más seria, "sentí la perturbación que causaste en la compuerta del túnel de tránsito hace un rato. Eso fue... ruidoso. Muy ruidoso, incluso para los estándares de este nivel." Me mira fijamente. "¿Te encontraste con el Cazador de Ecos de nuevo, verdad?"

Asiento sombríamente, el recuerdo de la carnicería y la presencia helada de la criatura todavía fresco. "Sí. Había masacrado a un equipo Mecanista. Y... no estaba solo. Los Silenciadores estaban con él. O él con ellos. Parecían estar trabajando juntos."

La expresión de Scrappy se endurece visiblemente. Cualquier rastro de diversión desaparece, reemplazado por una preocupación genuina. "¿Juntos?", repite en voz baja, procesando la implicación. "Eso es... nuevo. Y muy preocupante. El Cazador normalmente es una fuerza del caos solitaria, un depredador independiente. Si está cooperando activamente con los Silenciadores, o ellos han encontrado una forma de dirigirlo... las cosas se están complicando mucho más de lo que pensaba."

Me mira de nuevo, su evaluación ahora teñida de urgencia. "Tu explosión psíquica y esta nueva alianza... necesitas desaparecer de verdad, Archivero. Y rápido. Este nivel no es seguro para ti ahora. Probablemente ya te estén buscando." Mira alrededor de su taller, luego a los artefactos que siento pesados bajo mi nueva chaqueta. "Ese mapa y ese libro... están atrayendo demasiada atención peligrosa. Son una maldición tanto como una bendición."