Descendemos por la escalera oxidada que parte del taller de Scrappy y nos adentramos en el conducto de refrigerante abandonado. Es como entrar en una tumba helada. El aire cambia inmediatamente, volviéndose gélido, inmóvil y tan seco que siento cómo me agrieta los labios al instante.
Avanzamos por el interior del conducto, que es lo suficientemente ancho como para caminar casi erguidos. Las paredes son de un metal grueso y oscuro, una aleación desconocida que parece diseñada para soportar temperaturas extremas. Están cubiertas por una capa de escarcha blanca y dura que brilla débilmente a la luz ámbar de mi Sintonizador de Ecos y la lámpara de aceite que Scrappy lleva en alto. El suelo es irregular, cubierto por una capa de hielo resbaladizo formado por incontables ciclos de condensación congelada.
El silencio aquí es casi absoluto, mucho más profundo que en cualquier otro lugar donde haya estado en Oakhaven. La escarcha y la densidad del metal amortiguan cualquier sonido externo, dejando solo el crujido de nuestras botas sobre el hielo y el sonido amplificado de nuestra propia respiración, que parece una profanación en esta quietud antinatural.
Scrappy va delante, usando el haz infrarrojo de su ojo cibernético para detectar fisuras o peligros estructurales en el hielo. Yo la sigo de cerca, con el Sintonizador de Ecos activo, intentando descifrar las resonancias de este lugar extraño.
Los Ecos son... diferentes. La cacofonía habitual de la ciudad está casi completamente ausente, filtrada por el entorno. Pero hay Ecos específicos, débiles pero persistentes. Siento el recuerdo helado del propio refrigerante que una vez fluyó por aquí –una energía fría y potente, similar pero distinta al Flujo Cero que vi en aquel tanque. Siento la resonancia de la construcción del conducto, un Eco de ingeniería masiva de la Era del Fulgor.
Y siento algo más. Ecos más débiles, perturbadores, que no logro identificar del todo. ¿Son solo los crujidos del hielo, las tensiones del metal antiguo? ¿O son... Ecos de vida? ¿Criaturas adaptadas a este frío extremo, a esta oscuridad perpetua, que han hecho de este conducto olvidado su hogar? Mi sensibilidad, aún afinándose con el Sintonizador, no puede asegurarlo. Pero la sensación de no estar completamente solos en este vacío helado me provoca un escalofrío que no tiene nada que ver con la temperatura.
Transmisión recibida: 4/17/2025
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