La criatura reptiliana se lanza hacia mí, ignorando a Scrappy, sus múltiples ojos negros fijos en mi rostro con una furia helada. Intento desesperadamente reunir otra ráfaga de frío psíquico, tirar de nuevo del Eco de la temperatura bajo cero que impregna la cámara. Pero la criatura es demasiado rápida. Su ataque anterior fue solo una prueba; ahora se mueve con una velocidad depredadora aterradora, acortando la distancia entre nosotros en un instante.
Estoy perdido. No tengo tiempo para reaccionar, para esquivar, para usar mi resonancia de nuevo. Veo sus mandíbulas abiertas, las hileras de dientes como agujas a punto de cerrarse sobre mí.
Pero entonces, una figura se interpone.
Scrappy.
Con un grito gutural, se lanza entre la criatura y yo, levantando su brazo cibernético en un bloqueo desesperado justo cuando las mandíbulas estaban a punto de alcanzarme.
El impacto es brutal. Oigo un chirrido horrible de metal reforzado contra quitina dura como el acero. El brazo cibernético de Scrappy resiste el impacto inicial, pero la fuerza de la embestida de la criatura es inmensa. Scrappy es lanzada violentamente hacia atrás, como una muñeca de trapo, golpeándose con fuerza contra uno de los enormes tanques esféricos suspendidos que bordean la cámara. Su pistola de energía se le escapa de la mano con el impacto, deslizándose por el hielo fuera de su alcance.
Scrappy cae al suelo helado, aturdida, su brazo cibernético echando chispas y visiblemente abollado.
La criatura, momentáneamente detenida por el bloqueo, se recupera al instante. Se gira, olvidándose de mí por completo ahora que ha identificado una presa más fácil y herida. Avanza lentamente hacia Scrappy, que lucha por levantarse sobre el hielo resbaladizo, indefensa. El siseo bajo de la criatura se intensifica, un sonido de triunfo depredador. Se prepara para rematarla.
"¡No!", grito, una mezcla de terror y furia surgiendo en mi interior. Scrappy me ha salvado la vida, sacrificándose por mí. No puedo dejar que muera.
El frío no es suficiente. Necesito algo más. Algo... destructivo. Algo que detenga a esta cosa ahora mismo.
Mis ojos recorren frenéticamente la cámara helada. La pistola de Scrappy está demasiado lejos. Mis propias habilidades son demasiado lentas, demasiado débiles en su estado actual. Entonces, mi mirada se posa en el tanque. El enorme tanque esférico contra el que Scrappy ha caído.
Siento su Eco con una claridad aterradora, amplificado por mi propia desesperación. La resonancia del refrigerante arcano inestable contenido en su interior. La cicatriz psíquica de la antigua fuga catastrófica que ocurrió aquí. Es un Eco de poder inmenso, volátil, contenido a duras penas. Frío absoluto y energía arcana pura, esperando una chispa para estallar.
Es una locura. Intentar manipular un Eco así, tan potente, tan inestable... es jugar con fuerzas que apenas comprendo. Podría causar otra explosión como la de la compuerta, pero de frío esta vez. Podría congelarnos a todos instantáneamente. Podría derrumbar la cámara entera. Podría atraer aún más atención no deseada, despertar cosas peores.
Pero Scrappy está a punto de morir. Y es mi culpa.
No veo otra opción. Tengo que intentarlo.
Transmisión recibida: 4/17/2025
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