Transmisión 155

Fecha: 01.06.2189 (Estimado) Hora: Indeterminada

"¿Dirección?", pregunta Scrappy inmediatamente, su pragmatismo habitual tomando el control.

Sigo el hilo tenue de la resonancia coherente con el Sintonizador, intentando determinar su origen en medio del ruido de fondo. "Oeste", respondo finalmente. "Parece venir de más allá de esta sección, a través de lo que parece ser un antiguo distrito de procesamiento de datos o comunicaciones."

"Distrito 7-Omega-Kappa", murmura Scrappy, accediendo a sus bases de datos internas o mapas mentales. Reconoce el nombre o la descripción. "Sí, coincide con algunas leyendas. Una zona conocida por su alta interferencia de Ecos, donde se dice que las máquinas a veces... piensan por sí mismas." Su ojo cibernético parpadea. "La mayoría de los carroñeros y exploradores la evitan como la peste." Hace una mueca, evaluando la información. "Suena exactamente como el tipo de lugar donde podríamos encontrar una 'zona segura' escondida... o una trampa mortal muy bien disfrazada."

"Es nuestra mejor pista por ahora", digo, sintiendo una extraña mezcla de aprensión y curiosidad. La idea de máquinas pensantes y zonas de alta interferencia es inquietante, pero la resonancia que siento es ordenada, no caótica.

Scrappy suspira, un sonido corto y resignado. "Supongo que sí. Mejor que vagar sin rumbo por territorio Mecanista." Me mira, su expresión seria. "De acuerdo, Archivero. Guía tú. Mantén ese Sintonizador pegado a esa señal coherente, pero no te olvides de buscar cualquier cosa hostil en el camino. Yo cubriré la retaguardia."

Asiento. Comenzamos a avanzar por el corredor principal hacia el oeste, adentrándonos en el corazón del Nivel 7-Omega. Yo voy delante, concentrado en el Sintonizador, siguiendo el débil pero persistente hilo de resonancia ordenada. Scrappy me sigue de cerca, moviéndose con un sigilo sorprendente para alguien con implantes cibernéticos, su pistola preparada, sus ojos (el orgánico y el cibernético) escaneando constantemente las sombras y los ángulos muertos.

El aire parece volverse más pesado a medida que avanzamos, cargado con la electricidad estática de incontables máquinas muertas y la promesa incierta de nuestro destino.