El silencio se estira, tenso como un cable a punto de romperse. La palabra >PROCESANDO...
parpadea en la pantalla verdosa, un ojo digital observándome, juzgándome. He entregado la Brújula. He confiado en la palabra de una facción secreta y tecnófila. He apostado mi supervivencia a su pragmatismo, a su interés en estudiar la tecnología Custodio. Ahora solo queda esperar. Esperar que cumplan su parte del trato. Esperar que la información prometida llegue antes que mis perseguidores. Esperar que las "medidas defensivas" de la caseta permanezcan inactivas. Cada segundo es una pequeña eternidad llena de dudas y el eco de mi propio corazón desbocado.
Entonces, la pantalla parpadea. La palabra "PROCESANDO" desaparece. Por un instante temo que la conexión se haya cortado, que me hayan dejado tirado con las manos vacías después de tomar la Brújula. Pero no.
La pantalla se llena de datos.
Líneas de código. Coordenadas numéricas. Esquemas de túneles que se dibujan rápidamente, formando un laberinto complejo. Notas breves y concisas aparecen junto a ciertas secciones: ADVERTENCIA: NIDO COSECHADORES
, PELIGRO: FUGA LODO PSICOACTIVO
, ZONA INESTABLE: RIESGO DERRUMBE
, TERRITORIO: GARRAS DE ÓXIDO (HOSTIL)
.
Un mapa detallado de una sección del Nivel 4-Sigma toma forma en la pantalla. Mi ubicación actual, la caseta, está marcada con un punto parpadeante. Desde allí, una ruta se resalta en un verde más brillante, serpenteando a través de los esquemas de túneles y cámaras industriales. Evita las zonas marcadas como peligrosas, rodea los territorios de bandas rivales, se desvía por pasadizos secundarios. Y conduce a un punto específico, marcado con un símbolo que no reconozco y la etiqueta: ACCESO RS-4S-117 (VENTILACIÓN FORZADA)
.
RS. Red de Sombra.
Han cumplido.
Una oleada de alivio me recorre, tan intensa que casi me dobla las rodillas. La información está aquí. Es real. Detallada. Práctica. Un mapa para salir de este infierno oxidado. Una ruta hacia la clandestinidad, hacia la posibilidad de desaparecer, de ganar tiempo. La apuesta, por ahora, parece haber valido la pena.
Mientras absorbo la información, tratando de memorizar al menos la primera parte de la ruta, aparece un nuevo mensaje en la parte inferior de la pantalla.
>TRANSFERENCIA DE DATOS COMPLETA.
Conciso. Eficiente. Como todo lo demás en ellos.
>LA INFORMACIÓN ES TUYA.
Mi propiedad. Comprada al precio de la Brújula Custodio.
>TE RECOMENDAMOS MEMORIZAR LA RUTA INMEDIATA Y LOS PELIGROS CERCANOS.
Una recomendación lógica. No puedo depender exclusivamente de este datapad.
>LA BATERÍA DE ESTE DATAPAD NO DURARÁ INDEFINIDAMENTE UNA VEZ DESCONECTADO DE LA RED LOCAL.
Ahí está la trampa. O al menos, la limitación. El datapad funciona ahora porque está conectado a su red, a su fuente de energía. Una vez que me aleje, la batería residual no durará mucho. Tengo una ventana limitada para usar esta información electrónica. Después, tendré que confiar en mi memoria.
>AHORA, VETE. RÁPIDO.
La orden es perentoria. No quieren que me quede aquí. Mi presencia es una complicación, un riesgo. El trato está hecho, la transacción completada. Ahora soy un problema del que quieren deshacerse.
>Y ARCHIVERO...
Una última línea.
>NO NOS DECEPCIONES.
¿Decepcionarlos? ¿En qué? ¿En sobrevivir? ¿En usar la información que me han dado? ¿O hay algo más? ¿Esperan algo de mí en el futuro? La frase es ambigua, ominosa.
>EL OJO OCULTO LO VE TODO.
Un recordatorio final de su vigilancia, de su alcance. No soy libre. Solo he cambiado una jaula por otra, quizás más grande, quizás con reglas diferentes. He escapado de los Silenciadores por ahora, pero he entrado en el radar de los Mecanistas. Y ellos ven todo.
El texto desaparece. El símbolo de la rueda dentada y el ojo parpadea una última vez, como un guiño irónico. Y entonces, la pantalla se apaga. El datapad vuelve a ser un ladrillo oscuro y sin vida.
La caseta se sume de nuevo en la oscuridad, rota solo por el tenue brillo azul de la Brújula que yace sobre el banco de trabajo, abandonada. Sacrificada.
Me quedo inmóvil por un segundo, el silencio repentino casi tan ensordecedor como el pitido del medidor de radiación. El intercambio ha terminado. Tengo el mapa, la ruta de escape. He perdido la Brújula. He hecho un pacto con una facción de la que apenas sé nada.
¿Fue la decisión correcta?
No hay tiempo para reflexiones filosóficas. El sonido metálico del exterior. Más cerca. Definitivamente más cerca. Es hora de irse. Rápido.
Transmisión recibida: 4/17/2025
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