Transmisión 189

Fecha: 07.07.2189 (Estimado) Hora: Indeterminada

Mi susurro tenso corta el silencio polvoriento del apartamento. Scrappy reacciona al instante. Deja caer las herramientas con las que estaba trabajando en su brazo cibernético con un ruido metálico y agarra su pistola, poniéndose en pie de un salto con una agilidad sorprendente. Sus ojos (el orgánico y el cibernético) se clavan en la puerta blindada.

"¿Quién?", pregunta en voz baja pero urgente. "¿Silenciadores? ¿El Cazador?" La posibilidad de que nuestros perseguidores nos hayan encontrado tan rápido es aterradora.

Niego con la cabeza, concentrándome intensamente en las señales que capta el Sintonizador, intentando descifrar las firmas de Eco que presionan contra la puerta. No es el vacío frío y depredador del Cazador, ni la resonancia disciplinada y hostil de los Silenciadores. Es algo... diferente.

"No lo sé", respondo, mi voz apenas un hilo. "Siento... movimiento sigiloso. Mucha hambre, fría y paciente. Y... tristeza." Frunzo el ceño, tratando de entender. "La misma tristeza abrumadora de la plaga de Ecos, pero... no es solo ambiental. Está... enfocada. Es consciente."

"Los adaptados", masculla Scrappy, su expresión endureciéndose. "Los habitantes de la Zona de Cuarentena. Sabía que este lugar era demasiado bueno para ser verdad." Se acerca sigilosamente a la puerta, pegando su oído orgánico al metal frío, escuchando atentamente. Después de un momento, niega con la cabeza. "No oigo nada físico. Ni pasos, ni respiración."

"No se mueven físicamente, o no mucho", explico, mis ojos cerrados mientras interpreto las complejas señales del Sintonizador. Es una sensación extraña y perturbadora. "Se mueven a través de los Ecos. Son... parte de la tristeza. Como si se alimentaran de ella, o estuvieran hechos de ella." Intento comprender su intención. "Y sienten nuestra presencia aquí. Nos sienten como una... intrusión. Una nota discordante en su réquiem silencioso."

La idea de criaturas hechas de tristeza, moviéndose a través de los Ecos, es profundamente inquietante. Nuestro refugio acaba de volverse mucho más peligroso.