La idea de Scrappy de "cambiar la melodía" es audaz y, francamente, aterradora, considerando mi historial con la manipulación de Ecos. Pero su lógica es sólida. Si estas criaturas están sintonizadas con la tristeza, quizás una emoción opuesta o simplemente diferente podría repelerlas o desorientarlas.
"¿Cómo hacemos eso?", pregunto, mirando alrededor del apartamento polvoriento y lleno de Ecos.
"Tú eres el experto en Ecos", responde Scrappy, su mirada práctica recorriendo el espacio. "¿Qué otras resonancias hay atrapadas aquí, además de la plaga de tristeza? ¿Qué sintieron los últimos ocupantes antes de... bueno, antes del final?"
Cierro los ojos de nuevo, apartando mi atención de las presencias que rascan en la puerta y la ventana. Extiendo mi sensibilidad psíquica, usando el Sintonizador para ayudar a filtrar la abrumadora nota de tristeza y buscar las resonancias más débiles, los Ecos específicos de este apartamento, atrapados en los muebles, las paredes, el aire mismo.
Siento capas de Ecos débiles y fragmentados de la vida anterior de los ocupantes. Hay Ecos de lujo, de conversaciones triviales sobre riqueza y estatus, de fiestas olvidadas llenas de risas vacías y placeres superficiales. Son como fantasmas tenues, casi borrados por la tragedia posterior.
Pero debajo de esos, o quizás superponiéndose a ellos, siento algo mucho más fuerte, más agudo y discordante. Es el Eco del pánico final. La comprensión tardía de que su riqueza y sus muros no podían protegerlos. El miedo a la enfermedad invisible que se extendía. El terror de la muerte lenta, solitaria y dolorosa que se cernía sobre ellos. Es una resonancia cruda, desagradable, llena de imágenes fragmentadas de fiebre, de cuerpos fallando, de desesperación absoluta.
"Hay... Ecos de la vida anterior", informo a Scrappy, abriendo los ojos. "Riqueza, placer superficial... cosas así. Pero son débiles." Hago una pausa, sintiendo un escalofrío al recordar la intensidad del otro Eco. "Y luego está el pánico. El miedo a la enfermedad, el terror final. Ese es... mucho más fuerte."
Una sonrisa sombría, casi depredadora, aparece en el rostro de Scrappy. "El pánico", repite con satisfacción. "Perfecto. Nada ahuyenta a los depredadores sigilosos como un buen ataque de pánico colectivo. Les arruina la concentración."
Me mira directamente, su expresión seria pero llena de una confianza inesperada. "Puedes hacer eso, ¿verdad, Archivero? Agitar los Ecos. Como hiciste en la estación de tránsito para distraer a los Mecanistas, o con la compuerta para detener al Cazador. Solo que esta vez, enfocado. Controlado."
Su petición me hiela la sangre.
Transmisión recibida: 4/17/2025
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