Con la página que contiene la posible clave armónica abierta, presiono el libro de los Arquitectos contra la fría y rugosa pared de hormigón, justo sobre el punto donde mi sensibilidad y el escáner de Scrappy indican que se encuentra la puerta blindada. El metal alienígena del libro se siente extrañamente cálido contra el hormigón frío.
Cierro los ojos de nuevo, respirando hondo para calmar mis nervios. Esta cerradura se siente más compleja, más resistente que la del túnel anterior. Me concentro intensamente, visualizando la secuencia armónica representada en la página del libro, intentando comprender su estructura, su "melodía". Luego, proyecto mi voluntad, mi propia energía resonante, a través del libro hacia la puerta oculta, tratando de "cantar" esa secuencia armónica específica en el lenguaje silencioso de los Ecos.
Siento una resistencia inmediata. Una fuerte disonancia choca contra mi proyección, como una nota discordante que intenta ahogar mi melodía. Es la resonancia defensiva de la puerta, haciendo exactamente lo que se supone que debe hacer: repeler la intrusión. La sensación es desagradable, una presión en mi mente, y por un momento dudo, temiendo que sea demasiado fuerte, que no pueda superarla.
Pero persevero. Recuerdo la sensación de control que logré al ahuyentar a los adaptados, la precisión que usé para abrir el primer sello. Ajusto mi enfoque, modulo la energía que estoy proyectando, no aumentando la fuerza bruta, sino afinando la frecuencia, buscando la resonancia exacta que pueda eludir o neutralizar el escudo defensivo. Me dejo guiar por la intuición que emana de la escritura del Arquitecto en el libro, sintiendo cómo me sugiere sutiles cambios en la "melodía" que estoy cantando.
Lentamente, muy lentamente, siento que algo empieza a ceder. La resonancia defensiva de la puerta vacila, como una nota sostenida que empieza a temblar. La disonancia disminuye. Siento que mi propia resonancia, guiada por el libro, empieza a armonizar con el sello, a encontrar los huecos en su defensa.
Y entonces, un sonido suave pero claro rompe el silencio del túnel. Un clic metálico, proveniente del interior de la pared de hormigón. El sonido de un mecanismo antiguo desbloqueándose después de siglos de inactividad.
Abro los ojos, jadeando ligeramente por el esfuerzo mental. Retiro el libro de la pared. Miro a Scrappy, que ha estado observando con tensa expectación.
"Creo... creo que lo he hecho", digo, mi voz un poco ronca. "El sello principal... está desactivado."
Transmisión recibida: 4/17/2025
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