TRANSMISIÓN 21
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Transmisión 21

Transmisión 021

Fecha: 21.01.2189 Hora: 10:08

Oscuridad. Polvo. Silencio, roto solo por mi propia respiración jadeante y el latido frenético de mi corazón contra mis costillas. Estoy acurrucado en el conducto de mantenimiento, el metal frío y áspero bajo mis manos ensangrentadas. He escapado de los Cosechadores, esas pesadillas quitinosas. Estoy vivo.

Pero estoy perdido.

La comprensión me golpea con una fuerza brutal, apagando la adrenalina y dejando solo un vacío helado. El datapad. El mapa de los Mecanistas. Mi única guía, mi única esperanza tangible de encontrar la Red de Sombra y salir de este infierno... perdido. Desaparecido en la oscuridad insondable bajo la pasarela rota.

Todo fue en vano. El trato con los Mecanistas. La entrega de la Brújula. El riesgo calculado. Todo reducido a nada por un trozo de metal oxidado que cedió bajo mis pies. La ironía es tan amarga que me quema la garganta.

La desesperación amenaza con ahogarme, una marea negra que sube desde las profundidades de mi estómago. Estoy atrapado. Atrapado en un conducto estrecho y polvoriento en medio de un nivel industrial sellado y hostil. Sin mapa. Sin Brújula. Sin idea de hacia dónde ir. Mis perseguidores, los Silenciadores, el Cazador, siguen ahí fuera. Los Cosechadores podrían encontrar otra forma de entrar. Estoy solo. Ciego. Esperando el final.

Quiero gritar. Quiero golpear las paredes metálicas hasta que mis manos sangren más. Quiero acurrucarme y dejar que la oscuridad me consuma. Rendirme.

No.

Me obligo a respirar. Hondo. El aire es espeso, rancio, lleno de polvo que me hace toser, pero es aire. Estoy vivo. Mientras esté vivo, hay una posibilidad. Entrar en pánico no sirve de nada. Rendirse es la única derrota segura. Tengo que pensar. Tengo que encontrar una salida.

¿Qué sé? Estoy en un conducto de mantenimiento. Según el mapa (maldita sea mi memoria), este conducto debería llevar, eventualmente, a una cámara de bombas auxiliar, y desde allí, a la cámara de ventilación donde está el acceso a la Red de Sombra. Pero ¿en qué dirección? ¿Hacia arriba? ¿Hacia abajo? ¿Recto? El conducto parece continuar en ambas direcciones desde donde estoy. Elegir al azar es una lotería con mi vida como apuesta.

Recuerdo algo más del mapa. Una advertencia. Cerca de este conducto... "Fuga de lodo psicoactivo". ¿Qué demonios significa eso? ¿Es peligroso? ¿Puede afectarme aquí dentro?

Me pongo a cuatro patas con cautela. El espacio es increíblemente estrecho, apenas puedo moverme. Las paredes están cubiertas por una gruesa capa de polvo negro y pegajoso que se adhiere a mi ropa, a mi piel. Avanzo lentamente, a ciegas, palpando el camino frente a mí. El conducto parece continuar recto por un momento, luego gira bruscamente hacia abajo. Una pendiente pronunciada. Me deslizo con cuidado, usando mis manos y pies para frenar mi descenso en la oscuridad total.

Y entonces empiezo a olerlo.

Un olor extraño. Dulzón. Empalagoso. Como fruta podrida fermentando en una mezcla de productos químicos industriales. Es un olor nauseabundo, antinatural, que se hace más fuerte a medida que desciendo por la pendiente. Me revuelve el estómago.

Y empiezo a sentir algo más. Una extraña ligereza en la cabeza, como si hubiera inhalado algún tipo de estimulante barato o gas narcótico. Los Ecos industriales que zumbaban constantemente en el fondo de mi percepción empiezan a... deformarse. Se retuercen, se alargan, suenan desafinados, como una grabación reproducida al revés o a la velocidad incorrecta. El chirrido fantasmal de la maquinaria se convierte en un lamento distorsionado. El silbido del vapor inexistente suena como susurros burlones justo al borde de mi audición.

Miro a mi alrededor, aunque no hay nada que ver en esta oscuridad absoluta. Pero en la periferia de mi visión, donde antes solo había negrura, ahora empiezan a bailar patrones de colores extraños. Formas geométricas fractales, manchas de luz púrpura y verde enfermizo que aparecen y desaparecen como fantasmas visuales.

El lodo psicoactivo.

Tiene que ser eso. Estoy cerca de la fuga. Y los vapores... los vapores me están afectando.

El pánico vuelve a surgir, frío y reptante. Recuerdo historias de los Archivos, informes censurados sobre accidentes químicos en los niveles inferiores. Fugas de sustancias arcanas o industriales que causaban alucinaciones terroríficas, locura permanente, mutaciones grotescas. ¿Qué me está haciendo este lodo? ¿Es solo una distorsión sensorial temporal o algo peor?

Necesito salir de aquí. Necesito alejarme de la fuente de los vapores. Necesito encontrar aire fresco. Pero ¿hacia dónde? ¿Sigo bajando, hacia la fuente del olor y la locura? ¿O intento subir de nuevo, volver por donde vine, hacia los Cosechadores?

Estoy atrapado entre la espada quitinosa y la pared psicoactiva. Y la oscuridad se ríe de mí con colores imposibles.

Transmisión recibida: 4/17/2025

ID: 21