Transmisión 219

Fecha: 06.08.2189 (Estimado) Hora: Indeterminada (¿Relevante?)

La llamada del Devorador es una presencia tangible en mi mente, una atracción gravitatoria hacia el vacío estrellado que se abre frente a nosotros. Es una sensación de poder antiguo y hambre infinita que amenaza con consumir mi propia conciencia.

"Tenemos que cerrar eso", digo, mi voz sonando extrañamente apagada en el silencio absorbente de la cámara. Señalo la abertura brillante. "Es... una ventana. Directa a la Cicatriz. O muy cerca. Y Él sabe que estamos aquí." El pánico comienza a burbujear bajo mi piel.

Scrappy mira la abertura, luego la puerta del panel por la que entramos, ahora sellada herméticamente detrás de nosotros. "¿Cerrarla cómo?", pregunta, su pragmatismo luchando contra la situación imposible. "No hay controles aquí. Y la puerta del búnker se cerró detrás de nosotros."

"El Protocolo Cero Absoluto...", murmuro, recordando las palabras fragmentadas de los registros del búnker y las advertencias de la Tejedora sobre las salidas peligrosas. "Una salida de emergencia. O una tumba." Mi mirada recorre las paredes lisas y negras de la cámara, que parecen devorar la luz. "¿Y si este lugar no es una salida, sino una... cámara de aislamiento? ¿Un lugar para cortar la conexión con la realidad normal?"

"¿Para qué?", pregunta Scrappy, su voz teñida de escepticismo. "¿Para morir en silencio?"

"O para... observar", digo, mi mirada volviendo a la abertura estrellada, a esa visión hipnótica y aterradora. "Para mirar dentro de la Cicatriz sin ser consumido por sus Ecos directos." La idea tiene un sentido horrible. Un puesto de observación en el borde mismo de la realidad, protegido por un campo de silencio absoluto.

Saco el libro de los Arquitectos. En esta oscuridad silenciosa, el libro parece brillar con más intensidad que nunca, las líneas de su escritura alienígena retorciéndose como si estuvieran vivas, iluminando débilmente nuestras caras con su luz extraña. Siento una débil pero clara resonancia emanando de él, una respuesta directa a la proximidad de la Cicatriz, a la energía cruda y antinatural que fluye desde la abertura.

"El libro reacciona a este lugar", digo, sintiendo la vibración del artefacto en mis manos. "Y al... vacío exterior." Es una conexión tangible, una prueba más de que estos artefactos están ligados a las fuerzas cósmicas que apenas empezamos a comprender.