El salto a través de la abertura que se cerraba no fue como cruzar una puerta. Fue como sumergirse de cabeza en un océano de estática fría y luz distorsionada. La realidad perdió todo sentido. Sentí una desorientación total, una sensación nauseabunda de que mi cuerpo y mi conciencia se estiraban y comprimían simultáneamente, como si me estuvieran pasando por un escurridor cósmico.
Los colores alienígenas de las estrellas giraron a mi alrededor en un torbellino caótico. La llamada hambrienta del Devorador ya no era una presión distante, sino una resonancia atronadora directamente en mi alma, una promesa de aniquilación y paz final que amenazaba con desgarrarme.
Me aferré con todas mis fuerzas al libro de los Arquitectos y al mapa estelar bajo mi chaqueta. Sentí que ambos artefactos vibraban violentamente en mis manos, casi dolorosamente, reaccionando a la proximidad extrema de la Cicatriz y al poder crudo de este espacio intermedio. El Sintonizador de Ecos, que todavía llevaba en el bolsillo, estaba completamente muerto, una pieza inútil de tecnología en este vacío donde los Ecos normales no existían o eran irrelevantes. Solo podía confiar en mi propia resonancia inestable y en el agarre férreo de Scrappy en mi brazo, que me anclaba a algo vagamente real.
La sensación de caída, o de movimiento a través de esta nada distorsionada, pareció durar una eternidad y un instante. Tuve destellos de la visión que experimenté en los Archivos: la herida oscura y palpitante en el espacio, los zarcillos negros retorciéndose como tentáculos de nada, la geometría imposible brillando débilmente en su centro. Pero esta vez era real, tangible, y la inmensidad y el poder puro que emanaban de ella eran suficientes para destrozar la cordura. Sentí mi mente al borde de la fractura.
Justo cuando pensaba que mi conciencia se rompería bajo la presión insoportable, sentimos un tirón violento en otra dirección, diferente a la atracción del Devorador. La "ventana" a la Cicatriz debió cerrarse detrás de nosotros con un sonido como el de un trueno silencioso, cortando la conexión directa. Fuimos arrojados, como muñecos de trapo, a través de otro túnel de realidad distorsionada, lejos del corazón del vacío.
Transmisión recibida: 4/17/2025
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