Transmisión 226

Fecha: 13.08.2189 (Estimado) Hora: Indeterminada (¿Relevante?)

La presencia observadora del Devorador es un peso constante en mi mente, una amenaza silenciosa que impregna este espacio roto. El miedo es real, pero la necesidad de escapar es más fuerte.

"Tenemos que encontrar una salida", digo, mi voz resonando débilmente en el silencio muerto. "Volver a Oakhaven. A la realidad normal."

"¿Por dónde?", pregunta Scrappy, su pragmatismo teñido de desesperación mientras señala el túnel fracturado que se extiende ante nosotros en la penumbra grisácea. "Esto no se parece a nada que haya visto en la Red. Podríamos estar caminando en círculos, o peor, adentrándonos más en... lo que sea que sea esto."

Tiene razón. Avanzar a ciegas en este collage de realidades rotas es una locura. Pero tenemos los artefactos. Saco de nuevo el mapa estelar y el libro de los Arquitectos, sus superficies brillando débilmente en la penumbra. Quizás juntos...

Intento concentrarme de nuevo, ignorando la presencia observadora, el entorno fracturado, el silencio muerto. Sostengo ambos artefactos, presionándolos uno contra el otro, buscando esa conexión, esa sinergia resonante que sentí brevemente antes de saltar.

La respuesta es inmediata y mucho más fuerte esta vez, casi dolorosa. Una oleada de energía y resonancia pura fluye a través de mí, haciendo que los símbolos en el mapa y la escritura en el libro ardan con una luz blanca intensa. Proyectan patrones danzantes y complejos sobre las paredes rotas del túnel. Siento un torrente de información abstracta inundar mi mente: conceptos de pliegues espaciales, de realidades superpuestas colapsando unas sobre otras, de "cicatrices" dejadas en el tejido de la existencia por eventos de manipulación de la Señal a escala cósmica.

Y veo de nuevo los caminos. Las rutas a través del Vacío Resonante. La mayoría siguen llevando a la nada, o directamente a la Cicatriz, atrayéndome con una promesa oscura. Pero el camino de vuelta a Oakhaven... ahora puedo verlo con más claridad, aunque la visión sigue siendo abstracta y dolorosa.

No es un túnel físico. Es... una corriente. Una corriente de resonancia, un flujo de Ecos debilitados que serpentea a través de este espacio roto, conectando débilmente este fragmento de realidad con la estructura principal de Oakhaven. Es inestable, fluctuante, como un río turbulento a punto de desbordarse. Siento instintivamente que seguirlo será como intentar navegar por rápidos furiosos en una balsa hecha de Ecos y esperanza.

"Lo veo", jadeo, la cabeza dándome vueltas por el esfuerzo mental y la sobrecarga sensorial. La conexión se desvanece de nuevo, dejándome temblando. "Hay un... camino. Una corriente de Ecos que lleva de vuelta. Pero es débil. Inestable."