Transmisión 238

Fecha: 31.08.2189 (Estimado) Hora: Indeterminada

Justo cuando el agotamiento y la desesperación amenazan con vencernos, cuando la cacofonía de los Sumideros parece a punto de romper mi escudo mental por completo, siento algo.

Es increíblemente débil al principio, casi perdido en el miasma psíquico que nos rodea. Pero está ahí. Una nota diferente. Una resonancia que no encaja con el caos de miseria, locura y violencia que impregna este lugar.

Me detengo, obligando a Scrappy a detenerse también. Cierro los ojos, ignorando el hedor, el goteo constante, el frío húmedo. Me concentro con todas mis fuerzas, extendiendo mi sensibilidad, tratando de aislar esa nota discordante en la sinfonía del infierno.

Sí. Es una resonancia estable. Profunda. Ordenada. Vibra en una frecuencia completamente diferente a todo lo demás en los Sumideros, como una nota pura y constante en medio de un millón de gritos desafinados. Es muy débil, muy lejana, pero es persistente. No es una ilusión.

Abro los ojos y levanto el Sintonizador de Ecos. Para mi sorpresa, el dispositivo, que había estado parpadeando inútilmente hasta ahora, parece reaccionar débilmente a esta señal específica. El cristal ámbar emite un pulso suave y regular, y la aguja virtual en la pequeña pantalla apunta vacilante hacia un túnel lateral aún más oscuro y estrecho que el que seguimos. Un túnel que parece descender aún más.

"Allí", digo, mi voz ronca por la falta de agua y el esfuerzo. Señalo con el Sintonizador. "Siento... algo. Una resonancia estable. Muy profunda."

Scrappy se acerca y consulta sus propios sensores, dirigiendo sus escáneres hacia el túnel que señalo. Observa las lecturas en su pantalla holográfica, frunciendo el ceño. "Tienes razón", dice finalmente, su voz teñida de asombro y cautela. "Hay una fuente de energía anómala en esa dirección. Geotérmica, o quizás... arcana antigua. Muy potente, pero muy profunda. Coincide con las lecturas esporádicas y las leyendas del Corazón de la Máquina."

Nos miramos en la penumbra iluminada por los hongos. La leyenda podría ser real. Pero Scrappy no baja la guardia. "Podría ser una trampa", advierte. "Algo que imita una señal ordenada para atraer presas. O podría ser nuestra única esperanza."

La elección es clara, aunque el riesgo es enorme. Hemos llegado demasiado lejos para dar marcha atrás ahora. Asiento.

Decidimos arriesgarnos. Respirando hondo el aire fétido, nos adentramos en el túnel lateral, siguiendo la débil pero constante señal de orden hacia las entrañas más profundas y desconocidas del planeta.