Transmisión 243

Fecha: 05.09.2189 (Estimado) Hora: Indeterminada

Llego al borde de la inmensa caverna, a pocos metros del lago de magma brillante que rodea el Corazón de la Máquina. El calor es abrasador, casi insoportable, y el aire vibra con una energía que hace rechinar mis dientes. Detrás de mí, oigo los disparos de Scrappy y los gritos de los Cultores.

Pero ignoro todo eso. Cierro los ojos, bloqueando el calor, el ruido, el caos de los Ecos residuales de los Sumideros que aún intentan filtrarse. Me concentro hacia adentro, buscando ese núcleo de calma, esa conexión con la Señal fundamental de la realidad que Theron me enseñó a encontrar. Reúno mi voluntad, mi propia esencia resonante.

Abro el libro de los Arquitectos. Sus páginas metálicas brillan con una luz intensa en la penumbra de mis párpados cerrados. Sostengo el mapa estelar frente a mí, sintiendo su vibración en simpatía con el libro y con el Corazón palpitante.

Y entonces, comienzo a... cantar.

No con mi voz física, que sería inútil aquí. Canto con mi mente, con mi Eco. Proyecto la compleja resonancia armónica que he aprendido a sentir, a descifrar parcialmente, en las páginas del libro de los Arquitectos, usándola como una guía, como la estructura de una melodía imposible.

Y luego, vierto mi propia energía, mi propia voluntad, mi propia esencia resonante, en esa canción. Tomo los Ecos del Corazón de la Máquina –ese poder primordial, vasto y ordenado que llena la caverna– y los Ecos del mapa estelar –la llave a la Cicatriz, al Devorador, al vacío entre realidades– y comienzo a tejerlos juntos. Intento encontrar una armonía entre ellos, una resonancia que pueda contrarrestar la disonancia que los Cultores intentan imponer, una contra-melodía a su canto de destrucción.

La energía que fluye a través de mí es inmensa, casi insoportable. Siento como si mi mente se expandiera más allá de los límites de mi cuerpo, llenando la caverna entera. Siento que me convierto en uno con la máquina antigua que late frente a mí y, aterradoramente, con el vacío estrellado que representa el mapa. Los intrincados símbolos del mapa y la escritura alienígena del libro arden con luz blanca pura en mi visión interior, fusionándose, revelando patrones de poder y conexión que apenas puedo comprender.

Estoy tejiendo con los hilos de la realidad misma.