TRANSMISIÓN 244
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Transmisión 244

Transmisión 244

Fecha: 06.09.2189 (Estimado) Hora: Indeterminada

La contra-melodía que estoy tejiendo, una armonía forzada entre el poder primordial del Corazón y la llave cósmica del mapa, resuena en la inmensa caverna. Siento que la propia roca a mi alrededor vibra en respuesta a mi canto psíquico.

El Corazón de la Máquina frente a mí reacciona visiblemente. Su latido lento y poderoso se acelera ligeramente, y las venas de magma que lo recorren brillan con una intensidad cegadora, iluminando toda la caverna con una luz anaranjada y pulsante. El poder que emana se vuelve casi tangible.

En la plataforma distante, los efectos son inmediatos y catastróficos para los Cultores. Los amplificadores de Ecos que estaban instalando comienzan a chisporrotear violentamente, lanzando chispas de energía oscura. Incapaces de manejar la resonancia armónica pura y la oleada de poder del Corazón que mi canto está canalizando y enfocando, se sobrecargan espectacularmente. Algunos explotan en cascadas de metal retorcido y luz negra.

Los propios Cultores gritan de dolor y confusión cuando la contra-melodía psíquica los golpea como una onda de choque mental. La disonancia que intentaban crear se vuelve contra ellos. Veo a varios caer al suelo, retorciéndose, agarrándose la cabeza. Otros intentan desesperadamente destruir los amplificadores ahora inestables antes de que detonen, sumando más caos a la escena. El ataque de Scrappy desde la entrada del túnel se vuelve casi innecesario.

Y en la distancia psíquica, en ese Vacío Resonante más allá de la realidad normal donde sentí su presencia antes, siento que el Devorador... reacciona. La conexión que los Cultores intentaban forzar se rompe abruptamente. La llamada hambrienta y abrumadora que emanaba de la Cicatriz se debilita, casi desaparece. Y en su lugar, por un instante fugaz y aterrador, siento algo más. ¿Sorpresa? ¿Quizás incluso una pizca de... respeto? Como si una inteligencia vasta y antigua hubiera notado mi interferencia, mi audacia al cantar una canción diferente en el umbral de su prisión.

Pero canalizar tal poder, tejer Ecos de esta magnitud, tiene un coste terrible. Siento como si mi propia esencia, mi propia alma resonante, se estuviera deshilachando bajo la tensión, quemándose por la intensidad de la energía que fluye a través de mí como un río de fuego líquido. La oscuridad comienza a invadir los bordes de mi conciencia expandida, una oscuridad fría y final.

Justo antes de que todo se vuelva negro, tengo una última visión fugaz, grabada a fuego en mi mente. Veo la Cicatriz Donde Sangran las Estrellas, esa herida en la realidad. Pero esta vez, la geometría imposible que palpita en su centro no solo emana entropía y hambre. También parece... observar. Esperar.

Y veo hilos de luz –la Señal fundamental– extendiéndose desde el Corazón de la Máquina, desde el mapa estelar, desde el libro, desde mí mismo... tejiéndose juntos en un nuevo patrón, complejo, desconocido y lleno de un potencial aterrador.

Luego, la oscuridad me reclama por completo. Pierdo el conocimiento.

Transmisión recibida: 4/17/2025

ID: 244