TRANSMISIÓN 247
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Transmisión 247

Transmisión 247

Fecha: 09.09.2189 (Estimado) Hora: Indeterminada

Mientras me recupero lentamente, apoyado contra la consola antigua, Scrappy comparte algunas de las preguntas y preocupaciones que la asaltaron mientras yo estaba inconsciente.

Su mirada se desvía hacia el Corazón de la Máquina, que sigue latiendo con su poder primordial. "¿Qué es exactamente?", murmura, más para sí misma que para mí. "¿Un motor planetario? ¿Un estabilizador de realidad como el Nexo, pero más antiguo, más... fundamental? ¿Y por qué los Cultores querían conectarlo a la Cicatriz? ¿Para liberar al Devorador, o para corromper el Corazón mismo?" Demasiadas preguntas sin respuesta, y cada posibilidad es aterradora.

Admite que la situación se ha vuelto exponencialmente más compleja y peligrosa. Ya no somos simples fugitivos. Estamos en el epicentro de un conflicto cósmico, con entidades ancestrales, facciones secretas y el destino de la realidad en juego. Y yo, el archivero resonante, junto con los artefactos que porto, parezco ser la clave de todo.

También ha notado mi... cambio. El Resonante asustado que encontró en la Red de Sombra está evolucionando hacia algo más, algo capaz de interactuar con tecnología Arquitecto y manipular Ecos con una potencia aterradora. Pero ve el peligro en ello, la inestabilidad, la forma en que casi me consumí. Recuerda las palabras de Gear sobre la necesidad de control.

Y luego está el Devorador. Nuestra interferencia ha atraído su atención directa. ¿Podemos escondernos de algo así? La resonancia ordenada del Corazón nos protege aquí, pero ¿por cuánto tiempo? ¿Y qué pasará cuando salgamos?

Scrappy confiesa que se siente atrapada. Se metió en esto por razones más simples: intriga, odio a los Silenciadores, una deuda. Ahora está en las profundidades más oscuras de Oakhaven, protegiendo a un imán de problemas cósmicos. Una parte de ella, admite, consideró abandonarme a mi suerte.

Pero no lo hizo. Algo –lealtad incipiente, terquedad, el código no escrito de los carroñeros que cumplen sus tratos– la mantuvo aquí. Dijo que se aseguraría de que viviera para pagar mi deuda. Y Scrappy cumple sus promesas.

Su confesión, aunque teñida de su cinismo habitual, me conmueve. En este infierno, tener a alguien en quien confiar, aunque sea una carroñera pragmática con sus propios motivos, es un ancla invaluable.

Transmisión recibida: 4/17/2025

ID: 247