Lentamente, dolorosamente, la conciencia regresa a mi cuerpo físico. Siento el suelo duro y frío bajo mí, el calor palpitante del Corazón de la Máquina en el aire, el olor a azufre y ozono. Y siento la presencia vigilante de Scrappy a mi lado.
Abro los ojos. La vasta caverna oscura gira a mi alrededor por un momento antes de enfocarse. Veo el rostro preocupado de Scrappy inclinado sobre mí, su ojo cibernético brillando suavemente en la penumbra anaranjada.
"Bienvenido de nuevo al infierno, Archivero", dice ella, su tono ronco tratando de ocultar el alivio. "¿Cómo te sientes?"
Intento hablar, pero mi garganta está seca y mi voz es apenas un susurro. "Como si hubiera intentado cantar una ópera cósmica con la garganta llena de cristales rotos." Me duele todo, y mi mente se siente a la vez increíblemente clara por las visiones y completamente agotada por el esfuerzo. Pero estoy vivo. Y recuerdo.
Scrappy me ayuda a sentarme, apoyándome contra la consola medio derretida. Me ofrece un trago de agua de su cantimplora, que acepto agradecido. El agua fría ayuda a aclarar un poco el zumbido persistente en mi cabeza.
"Eso fue... algo", dice Scrappy, mirando con cautela el Corazón de la Máquina. La estructura de obsidiana y magma sigue latiendo con su ritmo constante, pero noto que la resonancia ordenada que emite se siente... diferente. Más fuerte, más clara, como si mi intervención la hubiera despertado o limpiado de alguna manera. Los restos de los amplificadores Cultistas siguen humeando en la plataforma cercana. "¿Qué hiciste exactamente?"
Intento ordenar mis pensamientos, recordar la sensación del poder fluyendo a través de mí. "Yo... no estoy seguro", admito. "Usé el libro y el mapa... intenté encontrar una armonía. Una contra-melodía para lo que estaban haciendo los Cultores." La sensación vuelve a mí, vívida y aterradora. "Fue como... tejer. Tejer los Ecos juntos. Los del Corazón, los del mapa, los míos propios."
Transmisión recibida: 4/17/2025
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