Scrappy maldice en voz baja al oír mis palabras. Su mano va instintivamente a su pistola. "Mierda. Sabía que era demasiado bueno para ser verdad." Mira a su alrededor, evaluando el túnel oscuro y claustrofóbico. "No podemos superarlo en velocidad en estos túneles. Son demasiado estrechos y llenos de obstáculos. Y dudo que podamos escondernos de él por mucho tiempo, no con la forma en que pareces brillar en su... radar psíquico."
Su mirada se endurece. "Necesitamos encontrar un lugar donde podamos enfrentarlo. Un espacio más abierto. O al menos, un lugar donde podamos usar el entorno a nuestro favor para ralentizarlo."
Seguimos avanzando, pero ahora la tensión es casi insoportable. Cada sombra parece moverse, cada goteo suena como un paso sigiloso. El túnel del metro se bifurca y se cruza con otros túneles de servicio y alcantarillado aún más antiguos, creando un laberinto confuso y desorientador. Scrappy consulta constantemente sus mapas internos proyectados por su ojo cibernético, pero admite que en esta profundidad, son en gran parte conjeturas basadas en registros antiguos y rumores de carroñeros poco fiables. Nos estamos adentrando cada vez más en lo desconocido.
Finalmente, después de lo que parece una eternidad caminando en la oscuridad opresiva, el túnel se abre a un espacio mucho más grande. Llegamos a lo que debió ser una importante estación de metro subterránea, similar a la que encontramos cerca del Templo del Eco Roto, pero aún más grande y en un estado de decadencia mucho más avanzado.
Los andenes están derrumbados en varios puntos, el techo abovedado se ha hundido parcialmente, dejando caer cascadas de escombros y tierra húmeda. Los restos de varios trenes de carga yacen retorcidos y oxidados sobre las vías destrozadas, como los cadáveres de leviatanes metálicos olvidados. El lugar está sumido en una oscuridad casi total, rota únicamente por el brillo fosforescente pálido y enfermizo de enormes colonias de hongos que crecen en las paredes húmedas como sudarios luminosos.
Y los Ecos... los Ecos aquí son terribles. No solo la miseria industrial residual de la línea de carga, sino algo mucho peor. Siento las oleadas psíquicas de una masacre. Violencia extrema, miedo desgarrador, dolor agonizante. Ecos tan intensos que casi puedo oír los gritos y el estruendo de la batalla. Probablemente una lucha brutal entre bandas por el control de este nodo subterráneo, o quizás algo aún más siniestro.
"Este lugar me da mala espina", dice Scrappy en voz baja, su pistola levantada, sus sensores barriendo la oscuridad. "Demasiada muerte aquí. Demasiados Ecos violentos."
Asiento, sintiendo las oleadas de sufrimiento presionando contra mis escudos mentales ya debilitados. Pero también siento algo más, algo que corta a través del caos. La resonancia fría y vacía del Cazador. Se está acercando rápidamente. Ya no nos sigue; nos está interceptando. Está aquí.
"Está aquí", digo, mi voz apenas un susurro tenso. "Viene por ese túnel." Señalo hacia una de las múltiples bocas oscuras que se abren a la estación.
Scrappy sigue mi mirada, su rostro endureciéndose en una máscara de determinación fría. "De acuerdo. Se acabó la huida." Busca cobertura rápidamente detrás de los restos volcados de un vagón de carga oxidado. "Aquí es donde plantamos cara." Me mira. "Tú quédate detrás de mí, Archivero. Y prepárate para hacer... lo que sea que hagas."
Transmisión recibida: 4/17/2025
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