Esperamos en un silencio tenso y antinatural, agazapados detrás del vagón volcado. El único sonido es el goteo lejano de agua y el latido acelerado de mi propio corazón. Los Ecos violentos de la estación parecen contener la respiración, expectantes.
Entonces, lo vemos.
Emerge del túnel oscuro que había señalado, no caminando, sino deslizándose, como una mancha de oscuridad más profunda que se mueve con una gracia depredadora y antinatural. Sus múltiples ojos rojos, como brasas frías, brillan en la penumbra fosforescente de los hongos, fijándose instantáneamente en nuestra posición detrás del vagón. Es más grande de lo que recordaba, o quizás es solo el miedo magnificando su presencia.
Un instante después, su voz fría y sin emociones resuena directamente en nuestras mentes, un escalofrío psíquico que ignora cualquier barrera física.
<< Habéis corrido lo suficiente, anomalías >>, proyecta. << La perturbación debe ser contenida. Los artefactos serán asegurados. >>
El Cazador levanta una de sus manos largas y afiladas, y siento que la oleada de frío psíquico comienza a formarse de nuevo, esa sensación de vacío absoluto que me paralizó en el Vacío Resonante, que busca extinguir mi propia resonancia.
Pero esta vez, estoy preparado. O eso espero.
"¡Ahora, Silas!", grita Scrappy, rompiendo el hechizo de terror. En el mismo instante, abre fuego con su pistola modificada, los disparos resonando como truenos en la estación abandonada.
Cierro los ojos. Ignoro el frío creciente que intenta paralizar mi mente, ignoro el miedo que amenaza con ahogarme, ignoro el caos de los Ecos violentos que saturan la estación. Me concentro hacia adentro, buscando la calma, buscando la conexión con los artefactos, con el Sintonizador que aún sostengo, incluso con la débil pero persistente resonancia del Corazón de la Máquina que todavía siento latiendo en la distancia como un metrónomo cósmico.
Busco la armonía. La Señal pura. La canción fundamental de la realidad que los Arquitectos tejieron y que los Custodios intentan preservar. La encuentro, una nota vibrante y clara bajo todo el ruido, una melodía de orden puro.
Y comienzo a cantar. No con pánico o fuerza bruta como la última vez, sino con control, con intención. Uso el libro y el mapa como diapasones, como guías para la melodía. Uso el Sintonizador para enfocar la frecuencia, para darle nitidez a la nota. Y proyecto la resonancia armónica más pura y ordenada que puedo reunir, no como una explosión destructiva, sino como una nota sostenida, una onda de coherencia pura dirigida contra el vacío entrópico del Cazador.
Transmisión recibida: 4/17/2025
ID: 255