Transmisión 257

Fecha: 19.09.2189 (Estimado) Hora: Indeterminada

Herido y enfurecido por la resonancia armónica, el Cazador cambia de objetivo. En lugar de enfrentarse directamente a la fuente de su dolor –mi canto–, se lanza con una velocidad borrosa hacia Scrappy, quizás percibiéndola como la amenaza más inmediata o simplemente más fácil de eliminar mientras yo estoy concentrado.

Pero Scrappy, liberada parcialmente del efecto paralizante del vacío gracias a mi contra-resonancia, reacciona con la velocidad y la ferocidad de una superviviente nata acorralada. Esquiva el primer ataque del Cazador –un borrón de oscuridad con garras afiladas– por un margen mínimo y dispara su pistola a quemarropa.

Los proyectiles cinéticos impactan contra el torso oscuro de la criatura, pero el efecto es extraño. Parecen atravesarlo parcialmente, como si su cuerpo no fuera completamente sólido, especialmente ahora que está bajo el efecto desestabilizador de mi resonancia armónica. Deja marcas, causa algún tipo de daño, pero no es suficiente para detenerlo.

"¡No le hace casi nada!", grita Scrappy, retrocediendo rápidamente para buscar una mejor posición de disparo entre los escombros del andén derrumbado. "¡Sigue cantando, Archivero! ¡Lo está debilitando, puedo verlo!"

Mantengo la concentración, aunque el esfuerzo es inmenso, agotador. Siento cómo la energía fluye desde mí, canalizada a través de los artefactos, hacia la nota armónica pura que sostengo en el aire psíquico. Es como intentar mantener afinada una cuerda de instrumento increíblemente tensa mientras un huracán intenta romperla. Puedo sentir la resistencia activa del Cazador, la forma en que su naturaleza entrópica fundamental lucha contra el orden que mi canto intenta imponerle.

La resonancia armónica llena la estación abandonada. Noto un efecto secundario extraño: los Ecos violentos de la masacre pasada, que antes presionaban contra mis escudos, parecen calmarse, suavizarse, como si la música pura estuviera limpiando la herida psíquica del lugar. Incluso los hongos fosforescentes en las paredes parecen pulsar suavemente con la misma frecuencia que mi nota, creando un espectáculo de luz extraño y hermoso en medio de la decadencia y el combate.

El Cazador sisea y se retuerce bajo la influencia constante de la armonía. Sus movimientos se vuelven más erráticos, menos precisos en sus ataques contra Scrappy. Intenta atacarme de nuevo, lanzando zarcillos de oscuridad en mi dirección, pero la onda de resonancia parece crear una barrera invisible a mi alrededor, una zona de orden puro que el vacío de la criatura no puede penetrar fácilmente.

<< ¡Falso Tejedor! >> proyecta de nuevo, su voz mental ahora llena de una furia fría y calculadora. << ¡Cantas una canción prohibida! ¡La entropía reclamará tu disonancia! >>