Transmisión 262

Fecha: 24.09.2189 (Estimado) Hora: Indeterminada

La salida de servicio nos conduce a una red de túneles diferente. Son más estrechos que los de la línea de carga, claramente túneles de mantenimiento, menos antiguos que las estructuras Arquitecto o los conductos de refrigerante que atravesamos antes. Scrappy dice que probablemente fueron construidos durante la expansión de Oakhaven siglos antes de la Era del Fulgor. Están en mejor estado relativo, pero siguen siendo húmedos, oscuros y llenos de Ecos débiles y confusos que se filtran como miasma.

"Conozco esta zona", dice Scrappy, consultando sus mapas internos mientras me ayuda a caminar, ya que apenas puedo sostenerme. "Estamos en el Nivel 13-Delta. Todavía técnicamente parte de los Sumideros, pero más cerca de las rutas de carroñeros establecidas. Deberíamos poder encontrar un refugio temporal por aquí, un lugar donde escondernos y recuperarnos."

Asiento débilmente, agradecido por su conocimiento y su apoyo. El esfuerzo de canalizar la resonancia armónica contra el Cazador me ha dejado profundamente agotado, no solo física sino psíquicamente. Mi sensibilidad a los Ecos está embotada, como si hubiera quemado algún fusible interno. Apenas puedo mantener mi escudo mental, y el ruido caótico de los Ecos normales de los Sumideros se filtra constantemente en los bordes de mi conciencia, amenazando con abrumarme. Necesito descansar desesperadamente, meditar, usar el cristal de datos que Theron me dio para intentar reparar el daño antes de volverme loco.

Scrappy parece sentir mi estado precario. "Tranquilo, Archivero. Ya casi llegamos." Me guía por una serie de túneles laterales cada vez más estrechos, siguiendo marcas crípticas grabadas en las paredes húmedas –flechas, símbolos extraños– que solo un habitante experimentado de la Red de Sombra podría reconocer o entender.

Finalmente, después de varios giros y vueltas que me dejan completamente desorientado, llegamos a una puerta metálica reforzada, hábilmente oculta detrás de una cortina de lo que parece lodo solidificado hace mucho tiempo. Scrappy se detiene frente a ella y golpea un patrón rítmico complejo en el metal grueso.

Esperamos en silencio. Oigo el sonido de múltiples cerrojos pesados deslizándose desde el interior. La puerta se abre con un chirrido, revelando un espacio débilmente iluminado y a una figura corpulenta y fuertemente armada que nos mira con evidente suspicacia. El hombre es grande, con cicatrices y un aire de brutalidad contenida. Noto que tiene implantes oculares rojos, similares a los de Kex, pero de un modelo más antiguo y tosco.

"Scrappy", dice la figura, su voz un gruñido grave y áspero. "¿Qué asuntos te traen a mi puerta? Y quién es tu amigo el 'pájaro mojado'?" Su mirada me recorre de arriba abajo, evaluándome con desdén.

"Negocios, Grok", responde Scrappy con su habitual tono seco y directo, sin inmutarse. "Y él es... un cliente. Necesitamos un lugar seguro para descansar un par de ciclos. Pagaremos."

Grok, el guardia, nos estudia por un largo momento, sus ojos rojos implantados brillando débilmente. Finalmente, se encoge de hombros con indiferencia. "El Nido siempre tiene sitio para los que pagan. Entrad." Se hace a un lado, permitiéndonos pasar al refugio.