La claridad mental es un regalo extraño y casi doloroso después de la confusión inducida por el lodo. Los recuerdos del encuentro con la Custodia, antes borrosos y mezclados con la resaca de la visión del mapa, ahora emergen con una nitidez sorprendente. Kex espera, su postura relajada pero atenta, su ojo cibernético fijo en mí. Los otros Mecanistas en la plataforma han detenido su trabajo y también me observan, sus rostros (humanos o enmascarados) impasibles, sus implantes ópticos brillando débilmente. Son una audiencia silenciosa y analítica.
He hecho un trato. Ahora tengo que pagar.
Respiro hondo y empiezo a hablar. Las palabras fluyen con más facilidad de lo que esperaba, impulsadas por la claridad recién recuperada y la necesidad de cumplir mi parte del acuerdo para poder salir de aquí.
Les cuento todo. Empiezo por el principio, en el módulo de control abandonado de los Archivos, cómo la encontré, o cómo me encontró ella, después de mi huida desesperada. Describo su apariencia, o la falta de ella: la figura humanoide hecha de luz azul pálida y estática danzante, sin rasgos definidos, una presencia más que un cuerpo. Les explico la comunicación, no con palabras habladas, sino mentalmente, pensamientos e imágenes proyectados directamente en mi cerebro, una sensación extraña e invasiva, pero no hostil.
Les relato sus explicaciones, intentando recordar sus "palabras" mentales exactas. El mapa estelar, la "Llave Oxidada". La Cicatriz Donde Sangran las Estrellas, la prisión cósmica. El Devorador de Posibilidades, la entidad encerrada dentro. Los Cultores del Eco Roto, sus adoradores nihilistas que buscan liberarlo y provocar el "Silencio Final". Los Silenciadores, los burócratas ciegos que buscan suprimir cualquier conocimiento que altere el status quo. Y el Cazador de Ecos, esa criatura de pesadilla enviada para recuperarme a mí y al mapa, una entidad que la Custodia parecía temer o, al menos, respetar como una amenaza significativa.
Describo la Brújula de Ecos Sintonizada que me dio, cómo funcionaba, cómo me guió a través de los niveles inferiores hasta el Corazón Silente, ese nodo de calma artificial, ese pilar de obsidiana que amortiguaba los Ecos. Les explico lo que la Custodia me dijo sobre esos lugares, santuarios ocultos en la Necrópolis.
Finalmente, les hablo del propósito declarado de los Custodios: mantener la "integridad de la Señal". Intento transmitir la sensación que me dio, no de preservar la vida o la civilización, sino algo más abstracto, más fundamental: mantener la estructura misma de la realidad, por corrupta y rota que esté, frente a las amenazas que buscan desgarrarla o silenciarla por completo. Una tarea cósmica, casi incomprensible.
Mientras hablo, los Mecanistas escuchan en un silencio absoluto y concentrado. No hay interrupciones, no hay comentarios. Sus rostros (o máscaras) permanecen impasibles, pero puedo sentir una corriente subterránea de intenso interés emanando de ellos, un Eco colectivo de concentración analítica. Es como si estuvieran grabando cada palabra, cada matiz, cada vacilación, almacenándolo todo en alguna base de datos interna para su posterior disección.
Solo Kex interviene ocasionalmente. No para expresar duda o sorpresa, sino para hacer preguntas aclaratorias, siempre precisas, siempre al punto. "¿Describió la Custodia la naturaleza exacta de la 'Señal'?", "¿Mencionó otros nodos además del Corazón Silente?", "¿Especificó las capacidades o debilidades del Cazador de Ecos?", "¿La Brújula mostró alguna otra funcionalidad además de la guía direccional?". Su ojo cibernético rojo brilla con más intensidad mientras hago mi relato, procesando, correlacionando, analizando.
Cuando finalmente termino, un silencio expectante llena el taller. He vaciado mis recuerdos del encuentro. He cumplido mi parte del trato. Ahora la pelota está en su tejado. ¿Considerarán valiosa mi información? ¿Cumplirán su promesa de escoltarme hasta la Red de Sombra? ¿O decidirán que sé demasiado, que soy demasiado peligroso o demasiado inestable para dejarme ir?
Kex permanece en silencio por un momento, su mirada perdida en la maquinaria cubierta por la lona en el centro de la plataforma, como si estuviera consultando algún archivo interno o comunicándose silenciosamente con los demás. La espera es tensa. Mi futuro inmediato pende de su juicio, de su lógica fría y mecánica.
Transmisión recibida: 4/17/2025
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