TRANSMISIÓN 272
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Transmisión 272

Transmisión 272

Fecha: 04.10.2189 (Estimado) Hora: Indeterminada

El contraste al cruzar el umbral es inmediato y desconcertante. El calor sofocante y el hedor a azufre de la caverna exterior desaparecen instantáneamente, reemplazados por un aire sorprendentemente fresco y limpio. Es como entrar en un entorno completamente diferente, sellado y aislado del infierno geotérmico que lo rodea.

El interior de la estructura es aún más extraño que su exterior. Las paredes no son lisas ni construidas con bloques o paneles. Son curvas, orgánicas, como si estuviéramos caminando por el interior de una concha marina gigante o el caparazón quitinoso de alguna criatura colosal. Están hechas de la misma cerámica negra mate que vimos fuera, pero aquí su superficie está cubierta por una red increíblemente intrincada de patrones luminosos.

Estos patrones brillan con una luz anaranjada suave y cálida, similar a la del Corazón de la Máquina, pero los diseños son diferentes. No son las geometrías precisas y matemáticas de los Arquitectos. Son más fluidos, más biológicos, recordando a las estructuras celulares, a las redes neuronales o a los patrones de crecimiento de los corales. Y parecen... vivos. Pulsan lentamente con un ritmo profundo y constante, el mismo ritmo que sentí en la caverna del Corazón, como si toda la estructura respirara al unísono.

El silencio aquí es profundo, pero no es un silencio muerto o vacío. No es el silencio opresivo del Protocolo Cero Absoluto, ni el silencio amortiguado y polvoriento del búnker de Theron. Es una quietud expectante, llena de un potencial latente, como el silencio cargado de electricidad antes de una tormenta, o el silencio en una sala de conciertos justo antes de que comience la música. Un sistema de ventilación completamente silencioso y de origen desconocido mantiene el aire fresco y la temperatura agradable, un milagro tecnológico en este entorno.

Y la resonancia... la conciencia alienígena que sentí fuera es abrumadora aquí dentro. Impregna cada superficie, cada partícula de aire. Es una presencia vasta, antigua, incomprensible, que me rodea como un océano psíquico. No siento hostilidad directa, ninguna intención depredadora como la del Cazador o el Devorador. Pero tampoco siento calidez o bienvenida. Es simplemente... otra. Una forma de existencia tan fundamentalmente diferente a la humana, o incluso a la de las inteligencias artificiales avanzadas como los Custodios o la Tejedora, que mi mente lucha por encontrar un punto de referencia.

Siento una poderosa tentación de extender mi propia resonancia, de intentar tocar esa vasta conciencia, de hacer contacto, de preguntar. Pero un instinto primordial, un miedo profundo y visceral, me detiene. Siento que si lo hiciera, mi propia conciencia, mi sentido del yo, podría ser simplemente... absorbido, disuelto, como una gota de lluvia en ese océano infinito. Es un poder y una presencia que exige respeto, o quizás simplemente indiferencia temerosa.

"¿Qué es este lugar?", susurra Scrappy a mi lado, su voz sonando extrañamente amortiguada en la quietud. Su ojo cibernético gira rápidamente, sus sensores barriendo el entorno en vano. "Mis sensores... no pueden leer nada de esto. La estructura... no sigue ninguna ley de ingeniería conocida. Los materiales son... desconocidos. Y la energía..." Sacude la cabeza, claramente frustrada y desconcertada. "Es estable, increíblemente estable, pero... extraña. No encaja en ningún espectro conocido."

Por una vez, la tecnología avanzada de Scrappy es tan inútil como mis propias categorías humanas para comprender el misterio que nos rodea. Estamos en un lugar verdaderamente alienígena, un vestigio de un pasado olvidado que desafía toda explicación.

Transmisión recibida: 4/17/2025

ID: 272