Un manicomio industrial arcano. La descripción de Scrappy es poco alentadora, pero mientras mis sentidos psíquicos exploran los Ecos residuales de este lugar –Ecos de creación, de experimentación, de conocimiento prohibido–, una parte de mí siente una chispa de interés.
"Pero también podría haber conocimiento aquí", digo, pensando en voz alta, mi mente de archivero buscando instintivamente oportunidades incluso en el peligro. "Talleres, laboratorios... quizás incluso bibliotecas de datos técnicos olvidadas. Podría haber información sobre la Era del Fulgor, sobre la tecnología arcana, quizás incluso sobre los propios Arquitectos o la Señal."
"O simplemente más monstruos y trampas mortales", replica Scrappy secamente, pinchando mi burbuja de optimismo académico. "Este nivel es territorio de caza favorito para los Mecanistas que buscan tecnología perdida y piezas raras. Sus patrullas de drones y cazadores de chatarra son una amenaza constante." Su mirada se endurece. "Y los Silenciadores a veces envían patrullas de élite aquí abajo para 'limpiar' focos de Ecos particularmente peligrosos o resonantes. Como tú, por ejemplo." Me mira significativamente. "No es exactamente un lugar seguro para descansar y estudiar tus libros."
"Lo sé", asiento, reconociendo la dura realidad. "Pero necesitamos encontrar un lugar. Un escondite temporal. Donde pueda intentar descifrar el libro y el mapa con más detalle, ahora que tengo una nueva perspectiva gracias a los Guardianes. Y donde tú puedas terminar de reparar tu brazo correctamente, no solo con parches."
Scrappy suspira, una mezcla de resignación y pragmatismo. "De acuerdo. Tienes razón. Necesitamos un respiro." Revisa sus mapas internos de nuevo. "Conozco algunos escondites potenciales en este nivel, de mis viejos tiempos de carroñera independiente, antes de... bueno, antes. Talleres abandonados que ya estaban olvidados en la Era del Fulgor, sub-sótanos de fábricas derrumbadas, lugares fuera de las rutas habituales." Advierte con la mirada. "Pero tendremos que movernos con mucho cuidado. Este nivel es mucho más activo y vigilado que los Sumideros profundos de donde venimos."
Abrimos la puerta oxidada de la cámara de mantenimiento, que chirría ruidosamente a pesar de nuestros esfuerzos, y salimos al vasto complejo de fábricas abandonadas que constituye el Nivel 5-Gamma.
La escala es impresionante y deprimente a partes iguales. Enormes naves industriales, catedrales olvidadas de la producción arcana, se alzan en la penumbra, sus altísimos techos perdidos en la oscuridad. Las ventanas, muchas de ellas rotas, parecen cuencas vacías mirando a un futuro muerto. Cintas transportadoras oxidadas cuelgan inmóviles sobre suelos cubiertos de escombros, maquinaria destrozada y el polvo de décadas de abandono.
Y el aire... el aire vibra. No solo con el polvo y los olores químicos residuales, sino con los Ecos. Son una cacofonía diferente a la de los Sumideros. Aquí dominan los Ecos industriales: el zumbido fantasmal de miles de trabajadores realizando tareas repetitivas y a menudo peligrosas, el ritmo implacable de la producción en masa. Pero se mezclan con los Ecos más agudos y perturbadores de la tecnología arcana: el chisporroteo de la energía inestable, el zumbido de los motores de Ecos, los gritos silenciosos de los accidentes industriales arcanos, las sobrecargas de energía que dejaron cicatrices psíquicas en el propio tejido del lugar. Es una atmósfera opresiva, cargada de la desesperación silenciosa de la producción y el peligro latente de la tecnología fuera de control.
Comenzamos a movernos a través de este laberinto industrial fantasmal. Scrappy guía el camino, moviéndose con la agilidad sigilosa de una depredadora en su propio territorio, mientras yo actúo como sus ojos psíquicos, escaneando constantemente con el Sintonizador.
Evitamos las áreas donde los Ecos son particularmente inestables o agresivos, zonas donde siento que la propia realidad es delgada o está contaminada. Rodeamos grandes naves donde detecto firmas de energía residual peligrosas, maquinaria arcana que podría activarse inesperadamente o liberar radiación nociva. En un momento dado, tenemos que agacharnos detrás de una pila de maquinaria destrozada mientras una patrulla de drones Mecanistas, esferas metálicas flotantes con lentes rojas y brillantes, barre una de las naves principales con haces de luz y escáneres.
También sorteamos los restos de lo que parecen ser experimentos arcanos que salieron terriblemente mal: charcos de materia burbujeante de colores antinaturales que emiten Ecos de dolor y transformación forzada; zonas donde siento que la gravedad fluctúa erráticamente, haciendo que los escombros floten o se estrellen contra el suelo de forma impredecible; lugares donde el aire mismo parece cristalizarse momentáneamente en patrones fractales antes de disolverse de nuevo. Este nivel es un campo minado de peligros físicos y psíquicos.
Finalmente, después de lo que parece una eternidad moviéndonos sigilosamente por las ruinas, llegamos a nuestro destino. Es un taller más pequeño, apartado del complejo principal de fábricas, casi completamente oculto detrás de una enorme pila de contenedores de carga oxidados y derrumbados. La puerta metálica está sellada, cubierta de polvo y óxido, pero Scrappy reconoce unas marcas casi invisibles grabadas en el metal.
"Mías", dice con una media sonrisa satisfecha. "De una visita hace muchos ciclos." Saca una de sus herramientas multiuso y emite una secuencia específica de pulsos sónicos de baja frecuencia hacia la cerradura. Oímos un clic sordo desde el interior, y la puerta se abre ligeramente con un chirrido.
El interior está oscuro, polvoriento, pero al iluminarlo con nuestras lámparas, vemos que está relativamente intacto. Es, como Scrappy sospechaba, un taller de reparación de componentes arcanos. Bancos de trabajo cubiertos de herramientas especializadas olvidadas, estanterías con piezas de maquinaria a medio desmontar, diagramas técnicos descoloridos pegados a las paredes. Y lo más importante: se siente seguro. Aislado. Los Ecos aquí son débiles, amortiguados, como si el taller hubiera estado sellado y olvidado durante mucho tiempo.
"Aquí estaremos bien por un tiempo", dice Scrappy, entrando y cerrando la pesada puerta detrás de nosotros. Manipula la cerradura desde el interior, asegurándola de nuevo. "Nadie conoce este lugar excepto yo... y ahora tú." Enciende una lámpara portátil más potente, iluminando el espacio con una luz más estable. "Ponte cómodo, Archivero. Tenemos trabajo que hacer."
Transmisión recibida: 4/17/2025
ID: 292