El silencio después del rugido es casi tan ensordecedor como el propio viaje. Permanecemos inmóviles en la oscuridad total del tubo, recuperando el aliento, nuestros cuerpos doloridos por los golpes. El olor a metal rancio y polvo espeso llena el aire inmóvil.
"¿Estamos...?", empiezo a preguntar, mi voz sonando extrañamente apagada en el espacio confinado.
"Creo que sí", responde Scrappy, su voz tensa pero controlada. Oigo el familiar clic y zumbido de su lámpara portátil encendiéndose, y una luz brillante inunda el tubo, haciéndome entrecerrar los ojos.
Estamos efectivamente en un tubo neumático, pero este parece ligeramente más grande que el del laboratorio. Las paredes metálicas, aunque viejas, muestran signos de mantenimiento más reciente, menos óxido, menos daños estructurales. Unos metros más adelante, la luz de Scrappy revela una escotilla de acceso circular empotrada en la pared del tubo.
"Nivel 4-Delta, si los cálculos de Gear eran correctos", dice Scrappy, acercándose a la escotilla y examinando el mecanismo de apertura. Parece ser un cierre manual estándar. Con un esfuerzo considerable, consigue girar la rueda de bloqueo y abrir la pesada escotilla hacia adentro.
Salimos con cautela del tubo, uno tras otro, y nos encontramos en un entorno sorprendentemente diferente al que dejamos atrás en el Nivel 5. Estamos en una plataforma de mantenimiento metálica, similar en diseño a otras que hemos visto, pero esta está... limpia. Relativamente. El suelo está libre de escombros, las barandillas están intactas, y lo más sorprendente, el lugar está bien iluminado por luminarias funcionales en el techo, que emiten una luz blanca y estéril. El aire aquí es fresco, casi frío, y huele a aceite limpio y a metal, con un claro indicio de filtración activa. Desde algún lugar cercano, podemos oír el zumbido constante y rítmico de maquinaria pesada en funcionamiento.
"Definitivamente no estamos en los Sumideros", murmura Scrappy, su mirada recorriendo la plataforma con una mezcla de sorpresa y cautela. "Esto parece... operativo."
La palabra me produce un escalofrío. Operativo. En Oakhaven, eso rara vez significa algo bueno para los que no pertenecen. Saco el Sintonizador de Ecos, mis sentidos ya en alerta máxima.
Lo que siento confirma mis temores. Los Ecos aquí son recientes, claros. No hay fantasmas industriales ni residuos arcanos caóticos. En cambio, siento Ecos de actividad metódica, de lógica fría y precisa, de procesos mecánicos repetitivos. Y sobre todo, siento Ecos de vigilancia. Sensores activos, patrones de patrulla, una red de observación silenciosa pero omnipresente. La firma inconfundible de los Mecanistas.
"Mecanistas", digo en voz baja, confirmando las sospechas de Scrappy. "Estamos en territorio Mecanista activo. Muy activo."
Apenas he pronunciado las palabras cuando un nuevo sonido llega a nuestros oídos, cortando el zumbido de la maquinaria: el inconfundible sonido de pasos metálicos acercándose rápidamente por el corredor al final de la plataforma.
Transmisión recibida: 4/17/2025
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