Transmisión 336

Fecha: 06.12.2189 (Estimado) Hora: Indeterminada (Viaje al Nivel 7)

CICLO 1: CAPÍTULO 14 - EL RITUAL DE SILENCIO

El viaje hacia el Nivel 7 es un descenso a través de las entrañas olvidadas de Oakhaven. Jax y Lyra nos guían con una eficiencia silenciosa y letal a través de una red laberíntica de túneles de servicio estrechos, conductos de ventilación polvorientos y pasarelas de mantenimiento oxidadas que cruzan abismos oscuros. Apenas intercambiamos palabra; el único sonido es el eco apagado de nuestras botas sobre el metal y el hormigón, y el ocasional crujido de estructuras antiguas que se asientan en la oscuridad. La tensión es palpable, una cuerda estirada a punto de romperse.

A medida que nos acercamos a nuestro destino, empiezo a sentirlo. Una presión sutil pero creciente en mi mente, como algodón llenando mis oídos psíquicos. La Señal, que normalmente es un murmullo constante en el fondo de mi percepción, se vuelve más débil, más distante. Los Ecos residuales que normalmente saturan estos túneles antiguos se desvanecen, dejando un vacío antinatural. Es el campo de amortiguación de los Silenciadores, extendiendo sus zarcillos silenciosos incluso hasta aquí.

Siento un escalofrío recorrer mi espalda. Me pongo los guanteletes que Kex me dio. Al activarlos, siento una ligera vibración y una sutil contrapresión que parece empujar hacia atrás la creciente sensación de vacío. No eliminan por completo la influencia del campo, pero la mitigan, permitiéndome mantener la claridad mental y mi conexión, aunque atenuada, con la Señal. Es como escuchar el mundo a través de un grueso cristal, pero al menos puedo seguir escuchando.

Finalmente, después de lo que parecen horas de movimiento sigiloso, Jax levanta una mano, deteniéndonos. Estamos frente a una pesada puerta de mamparo oxidada, marcada con el símbolo descolorido del Nivel 7. Lyra manipula el mecanismo de apertura manual con sorprendente facilidad, y la puerta se abre con un chirrido quejumbroso, revelando la entrada al Distrito del Oráculo.

Damos unos pasos cautelosos hacia el interior, y el cambio es inmediato y desconcertante. El aire aquí es extrañamente quieto, y el silencio es casi absoluto, pero no es un silencio vacío. Es un silencio pesado, cargado, que parece absorber el sonido activamente. Las estructuras que nos rodean son diferentes a las de los niveles industriales que hemos atravesado. Son más antiguas, construidas con una piedra oscura y lisa que parece absorber la luz, con diseños arquitectónicos extraños y angulosos que desafían la lógica euclidiana. Ruinas de una era anterior incluso a la del Fulgor, quizás.

La presión psíquica es mucho más fuerte aquí. Siento el campo de amortiguación como una presencia física, un manto invisible que intenta sofocar mi resonancia. Los guanteletes vibran con más intensidad, luchando por mantener la protección.

"Estáis entrando en el perímetro principal del ritual", la voz modulada de Kex suena en nuestros comunicadores, sorprendentemente clara a pesar de la amortiguación. "A partir de ahora, la discreción es primordial. Evitad cualquier enfrentamiento innecesario. Localizad los dispositivos y el foco. Proceded."

Hemos llegado. Estamos en el Nivel 7, el Distrito del Oráculo, el corazón del Ritual de Silencio.