Transmisión 338

Fecha: 08.12.2189 (Estimado) Hora: Indeterminada (Primer Enfrentamiento)

Mientras Scrappy trabaja con una concentración absoluta, manipulando los intrincados circuitos del dispositivo Silenciador con su multi-tool, el resto de nosotros mantenemos una vigilancia tensa. El silencio opresivo del Distrito del Oráculo parece intensificarse, cada pequeño ruido amplificado en la quietud.

Y entonces, los oímos. O más bien, los sentimos.

No son pasos audibles, sino una perturbación sutil en el campo de amortiguación, una fluctuación en la disonancia. Figuras emergen de las sombras de un callejón cercano, moviéndose con una rapidez y un sigilo antinaturales. Son tres. Silenciadores.

Visten las túnicas oscuras y ajustadas que ocultan sus formas, sus rostros cubiertos por máscaras lisas y sin rasgos que parecen absorber la poca luz ambiental. No llevan armas de fuego convencionales, sino unos extraños bastones metálicos que zumban con energía contenida y proyectores montados en sus muñecas.

"¡Contacto!", susurra Jax en el comunicador, levantando su rifle de energía. Lyra hace lo mismo, adoptando una postura defensiva junto a él.

Los Silenciadores no pierden tiempo en advertencias ni negociaciones. En cuanto nos ven, atacan. Dos de ellos se lanzan hacia Jax y Lyra con una velocidad sorprendente, sus bastones crepitando con energía disruptiva. El tercero se dirige directamente hacia Scrappy y hacia mí, su proyector de muñeca brillando con una luz oscura y pulsante.

El combate es breve, brutal y extrañamente silencioso. Jax y Lyra son increíblemente eficientes. Sus movimientos son precisos, coordinados, casi robóticos. Esquivan los ataques de los bastones Silenciadores y responden con ráfagas concentradas de sus rifles de energía. Los disparos no producen el estallido habitual, sino un sonido sordo, absorbido casi instantáneamente por el campo de amortiguación. Un Silenciador cae, su túnica chamuscada, y se disuelve en cenizas antes de tocar el suelo. El otro retrocede, herido, buscando cobertura.

Mientras tanto, el tercer Silenciador se acerca a nosotros. Siento una oleada de energía amortiguadora dirigida hacia mí, un intento directo de apagar mi resonancia por completo. Instintivamente, levanto mis manos enguantadas, concentrándome en la contrafrecuencia protectora que Kex mencionó. Siento cómo los guanteletes vibran con fuerza, absorbiendo parte del ataque, pero aun así siento una presión intensa, como si mi mente estuviera siendo comprimida. Logro proyectar una pequeña onda de resonancia defensiva, no un ataque, sino una simple barrera de estática armónica que desvía momentáneamente el rayo oscuro del Silenciador.

"¡Ya casi!", grita Scrappy, sin apartar la vista del dispositivo. Sus dedos vuelan sobre los controles de su multi-tool.

El Silenciador se recupera y vuelve a apuntar su proyector hacia mí. Pero antes de que pueda disparar, un disparo preciso de Lyra impacta en su hombro, haciéndole tambalearse. Aprovecho la distracción para reforzar mi escudo resonante.

"¡Hecho!", exclama Scrappy, retirando su multi-tool justo cuando una lluvia de chispas brota del dispositivo Silenciador. El zumbido discordante que emitía cesa abruptamente, reemplazado por un silencio aún más profundo.

El Silenciador herido que se enfrentaba a Jax y Lyra parece sentir el cambio. Con un último vistazo hacia nosotros, se desvanece en las sombras tan rápido como apareció. El que nos atacaba a nosotros también se retira, desapareciendo en la oscuridad antes de que Jax o Lyra puedan acabar con él.

El silencio vuelve a caer sobre la plaza, solo roto por nuestras respiraciones agitadas. Miro el dispositivo ahora inerte. La sensación de presión psíquica ha disminuido notablemente en esta área. Siento la Señal un poco más clara, la disonancia de fondo ligeramente atenuada.

Hemos ganado el primer asalto. Un dispositivo menos. Pero el corazón del ritual sigue latiendo en algún lugar de este distrito silencioso, y los Silenciadores saben que estamos aquí. La misión acaba de volverse mucho más peligrosa.