Transmisión 339

Fecha: 09.12.2189 (Estimado) Hora: Indeterminada (Avance en Nivel 7)

Tras el breve y violento enfrentamiento, no perdemos tiempo. Scrappy recoge sus herramientas, Jax y Lyra comprueban sus armas y munición, y reanudamos nuestro avance hacia las profundidades del Distrito del Oráculo. La desactivación del primer dispositivo ha aliviado ligeramente la presión en la zona inmediata, pero a medida que nos adentramos, la sensación general de amortiguación vuelve a intensificarse, volviéndose más sofocante, más penetrante.

Mi tarea ahora es doble: proteger al equipo de los peores efectos del campo con la ayuda de los guanteletes, y lo más crucial, actuar como brújula resonante para encontrar el foco del ritual. Con la Señal atenuada y distorsionada por la disonancia Silenciadora, es como intentar navegar en una tormenta de nieve psíquica.

Sostengo el Sintonizador de Ecos, pero sus lecturas son erráticas, casi inútiles en este entorno. Me veo obligado a confiar más en mi propia resonancia interna, en esa conexión con la Primera Canción que rocé brevemente. Cierro los ojos a menudo, intentando filtrar el ruido blanco psíquico, buscando la fuente de la disonancia más intensa, el punto donde convergen las energías amortiguadoras.

El libro y el mapa, aunque no puedo consultarlos abiertamente mientras nos movemos, actúan como anclas mentales. Recuerdo los patrones armónicos, las posibles frecuencias de estabilidad, y los comparo con la cacofonía silenciosa que me rodea. Lentamente, dolorosamente, empiezo a discernir una dirección. No es una señal clara, sino una sutil... atracción. Una sensación de que la disonancia es más fuerte, más deliberada, en una dirección específica: hacia el centro del distrito, donde los edificios de piedra oscura se vuelven más altos y densos.

"Por allí", indico a Jax, señalando hacia una avenida particularmente oscura y silenciosa bordeada de estructuras monolíticas. "El foco... creo que está en esa dirección. La... la 'ausencia' es más fuerte allí."

Nos movemos con aún más cautela. El silencio aquí es diferente. No es solo la ausencia de sonido, sino la ausencia de Ecos, de historia, de vida. Es un vacío opresivo que pesa sobre el alma. Siento constantemente la sensación de ser observado, aunque no vemos a nadie. Es como si las propias piedras nos vigilaran con una malevolencia silenciosa.

"Equipo, informe de situación", la voz de Kex corta el silencio en nuestros comunicadores. "Nuestros sensores remotos indican un aumento significativo en la actividad Silenciadora convergiendo hacia el centro del distrito. También detectamos un aumento exponencial en las lecturas de energía del ritual. Están acelerando el proceso. El tiempo se agota."

La urgencia en su voz es inconfundible. Los Silenciadores saben que estamos aquí, o al menos sospechan una interferencia. Están reforzando sus defensas y acelerando su plan maestro. Tenemos que movernos más rápido, pero cada paso hacia el corazón del silencio se siente más pesado, más peligroso. La presión aumenta, tanto externa como interna.