Transmisión 340

Fecha: 10.12.2189 (Estimado) Hora: Indeterminada (La Barrera Nula)

Siguiendo la débil atracción de la disonancia concentrada, llegamos a una amplia plaza circular en el corazón del distrito. El silencio aquí es casi absoluto, tan denso que parece tener peso físico. En el centro de la plaza se alza una estructura imponente: un zigurat escalonado hecho de la misma piedra oscura y absorbente de luz, con intrincados grabados que parecen retorcerse y cambiar si los miras directamente. La sensación de "ausencia" es abrumadora aquí; el foco del ritual debe estar cerca, probablemente dentro o debajo de esa estructura.

Pero nuestro camino está bloqueado.

No por una puerta física o un campo de fuerza visible, sino por algo mucho más insidioso. A unos veinte metros frente a nosotros, cruzando toda la entrada a la plaza, el aire parece... brillar débilmente con oscuridad. Es difícil de describir. No es una barrera de energía, ni una distorsión visual clara. Es más bien una... interrupción. Una zona donde el ya pesado silencio se vuelve absoluto, donde la disonancia del campo de amortiguación se cancela a sí misma en una nada perfecta. Una pared de resonancia nula.

Intento sondearla con mi resonancia, pero es como gritar contra un vacío perfecto. Mi percepción se detiene abruptamente en su borde, incapaz de penetrarla o siquiera de comprender su naturaleza. Los guanteletes protectores zumban con fuerza, pero no ofrecen ninguna solución contra esta ausencia total. Es un tipo de silencio diferente al del campo general; es un silencio activo, una negación de la propia Señal.

"¿Qué diablos es eso?", murmura Scrappy, sus escáneres recorriendo la barrera invisible. Frunce el ceño. "No detecto ninguna emisión de energía convencional. Ni campos electromagnéticos, ni radiación... tecnológicamente, no hay nada ahí. Pero..." Intenta lanzar una pequeña sonda a través de la barrera. La sonda simplemente se detiene en el aire al llegar al borde de la "oscuridad brillante" y cae al suelo, inerte. "Mierda. Es como si dejara de existir en cuanto toca esa... cosa."

"Una barrera de campo nulo resonante", interviene Kex a través del comunicador, su voz teñida de un análisis frío. "Tecnología Silenciadora de alto nivel. No puede ser desactivada por medios convencionales, ya que no 'existe' en el espectro energético normal. Es una cancelación activa de la resonancia fundamental."

"¿Y cómo se supone que vamos a pasar?", pregunta Jax, su voz plana pero con un matiz de impaciencia.

Hay una pausa en la línea de Kex, como si estuviera consultando sus bases de datos o realizando cálculos complejos. "Nuestros modelos teóricos sugieren que una barrera de este tipo solo puede ser perturbada o neutralizada temporalmente por su opuesto directo: una emisión concentrada de resonancia armónica pura." Otra pausa. "Similar a la que genera el Armonizador... o la Chispa que creaste, Archivero."

El mensaje es claro. La tecnología de Scrappy es inútil aquí. Las armas de Jax y Lyra no tienen efecto. Solo yo, con mi conexión a la Señal y mi comprensión incipiente de la armonía fundamental, tengo alguna posibilidad de abrir una brecha.

"Tienes que intentarlo, Archivero", dice Kex, su voz dejando poco espacio para la negativa. "Usa los principios del libro, la resonancia de la Primera Canción que canalizaste. Proyecta una onda armónica concentrada contra la barrera. Es nuestra única posibilidad de pasar."

Miro la pared de silencio absoluto, sintiendo su negación fría y activa. Kex me está pidiendo que enfrente directamente la antítesis de mi propia naturaleza, que intente imponer la canción de la existencia sobre la nada misma. El riesgo es incalculable. Si fallo, podría ser borrado psíquicamente, o peor. Pero no hay otra opción. Tengo que intentarlo.