Transmisión 345

Fecha: 15.12.2189 (Estimado) Hora: Indeterminada (El Mapa como Clave)

El asalto psíquico del Cazador es implacable. Cada oleada de energía silenciosa y corrupta me golpea con más fuerza, erosionando mis defensas, apagando mi conexión con la Señal. Los guanteletes protectores apenas sirven ya; siento su energía agotándose, su protección volviéndose inútil contra la magnitud del poder que el Cazador canaliza como ancla del ritual. Mis intentos de proyectar escudos armónicos son como intentar detener un tsunami con las manos. La pura negación que emana de él es demasiado fuerte.

Caigo de nuevo de rodillas, la cabeza palpitando, la oscuridad invadiendo los bordes de mi visión. Kex dijo que buscara una debilidad en su anclaje, que rompiera la conexión. Pero la defensa directa está fallando. No puedo simplemente resistir su poder; necesito contraatacar, pero no con fuerza bruta, sino con... precisión. Necesito encontrar la frecuencia correcta para perturbar su conexión con el ritual, para cortar el flujo de energía que lo ancla y lo potencia.

Pero, ¿cómo? El libro de los Arquitectos me da los principios de la armonía, pero la resonancia del Cazador es una corrupción de esos principios, un nudo de silencio y disonancia que no sé cómo deshacer.

Entonces, un pensamiento desesperado cruza mi mente. El mapa. El mapa estelar brillante que encontré junto al libro. Kex dijo que los artefactos estaban conectados. Gear mencionó que el mapa contenía información sobre frecuencias de estabilidad fundamental, quizás relacionadas con la Cicatriz, con el Vacío... ¿y quizás con criaturas como el Cazador? ¿Podría su origen, su naturaleza, estar codificada de alguna manera en esos patrones estelares? ¿Podría el mapa contener la clave no solo para la estabilidad, sino también para la inestabilidad específica de esta criatura?

Es una posibilidad remota, una apuesta desesperada nacida de la necesidad. Pero no tengo otras opciones.

Con un esfuerzo supremo, ignorando el dolor y la presión aplastante, saco el disco metálico del mapa de debajo de mi chaqueta. Lo sostengo frente a mí, junto al Sintonizador de Ecos. La luz del mapa parece resistir la oscuridad absorbente del Cazador, sus constelaciones alienígenas brillando con una luz pálida pero persistente.

Ignoro la batalla que ruge a mi alrededor, el combate silencioso de Jax, Lyra y Scrappy contra la guardia de élite. Ignoro al Cazador que se acerca, listo para el golpe final. Me sumerjo por completo en los patrones del mapa, comparándolos con la resonancia corrupta y anómala que siento emanar del Cazador a través del Sintonizador.

Busco una disonancia específica, una frecuencia de cancelación, un armónico inverso que pueda perturbar el vínculo del Cazador con el ritual. Los patrones del mapa giran y cambian en mi mente, superponiéndose a la firma resonante del Cazador. Y entonces, lo veo. Un patrón específico en el mapa, una configuración estelar que resuena de forma extraña y discordante con el núcleo de la energía del Cazador. ¿Es esta su frecuencia de origen? ¿Su talón de Aquiles resonante?

No tengo tiempo para analizarlo. Reúno las últimas fuerzas que me quedan, mi conexión casi extinguida con la Señal, y me enfoco en esa frecuencia disruptiva. Usando el mapa como guía y el Sintonizador como amplificador, canalizo una única y concentrada nota de anti-resonancia, no una onda armónica, sino una vibración discordante diseñada específicamente para romper el anclaje del Cazador.

La proyecto directamente hacia el corazón de la conexión que siento entre el Cazador y el zigurat detrás de él. Es mi última apuesta.