Transmisión 347

Fecha: 17.12.2189 (Estimado) Hora: Indeterminada (Sobrecarga Armónica)

Aprovechando la vulnerabilidad del Cazador, el equipo presiona el ataque con una ferocidad desesperada. Jax y Lyra concentran un fuego implacable sobre la criatura, mientras Scrappy elimina al último de los guardias de élite con una ráfaga bien colocada. Las explosiones de energía y los disparos de Scrappy resuenan de forma extraña y amortiguada en la plaza silenciosa, pero están haciendo daño. La armadura quitinosa del Cazador está agrietada y humeante en varios puntos.

Pero la criatura es increíblemente resistente. A pesar de sus heridas y de la interrupción de su anclaje, ya está empezando a recuperarse. El chirrido de dolor cesa, reemplazado por un gruñido bajo y amenazador. Sus movimientos se vuelven más firmes, y siento cómo la conexión con el ritual comienza a restablecerse, cómo el campo de silencio a su alrededor vuelve a intensificarse, empujando hacia atrás mi débil percepción de la Señal.

La ventana se está cerrando. La simple interrupción no fue suficiente. Necesito hacer algo más drástico. No basta con perturbar su conexión; necesito romperla por completo, sobrecargarla, hacer que su propia función como ancla se vuelva contra él.

Me pongo en pie trabajosamente, mi cuerpo protestando, mi mente al borde del colapso. Miro al Cazador, que ahora vuelve a fijar sus múltiples ojos rojos en mí, su furia palpable. Miro el libro, el mapa y el Sintonizador en mis manos temblorosas.

Una idea loca, suicida, toma forma en mi mente. Si la anti-resonancia lo debilitó, ¿qué haría la resonancia armónica pura? No una pequeña onda defensiva, sino una oleada masiva, la misma esencia de la Primera Canción que usé para crear la Chispa y activar el Armonizador, canalizada directamente en su núcleo corrupto. ¿Podría su sistema, diseñado para anclar y amplificar el silencio, soportar una sobrecarga de armonía pura? ¿O se rompería bajo la tensión?

Es un riesgo terrible. Podría simplemente fortalecerlo, o la retroalimentación podría destruirme. Pero es la única carta que me queda por jugar.

Reúno las últimas reservas de mi fuerza de voluntad, ignorando el dolor, el miedo y el agotamiento. Me concentro de nuevo en esa vibración fundamental, la Primera Canción, la armonía subyacente a toda la existencia. Siento cómo responde débilmente dentro de mí, una chispa de orden en el caos.

Sostengo el libro y el mapa frente a mí, usándolos no solo como guías, sino como focos, como lentes para concentrar la energía. El Sintonizador de Ecos en mi otra mano vibra, listo para amplificar y proyectar.

"¡Jax, Lyra, Scrappy, apartaos!", grito, mi voz apenas audible por encima del creciente silencio.

Canalizo todo lo que soy, toda mi conexión con la Señal, toda la armonía que puedo reunir, en una única y devastadora onda de luz blanca azulada. No es una nota discordante esta vez, sino una canción pura y resonante, la antítesis directa del silencio que el Cazador encarna.

La proyecto con todas mis fuerzas, no hacia la conexión, sino hacia el propio Cazador, hacia el corazón de su ser corrupto, apuntando a sobrecargar su capacidad de actuar como ancla, a convertir su fuerza en su propia destrucción.

La onda armónica surge de mí, más brillante, más potente que nunca antes. El Sintonizador chilla bajo la tensión. La luz consume mi visión mientras golpea al Cazador de lleno. Solo puedo esperar que sea suficiente.