Transmisión 357

Fecha: 27.12.2189 - Indeterminada (Estimado) Hora: Indeterminada (Evaluación Post-Misión)

FIN DEL CAPÍTULO 14

Los ciclos siguientes se desdibujan en una bruma de inconsciencia. Yazgo en una bahía médica improvisada dentro del taller de Kex, conectado a monitores que chirrían y parpadean con lecturas que apenas comprendo en mis breves momentos de semi-lucidez. El agotamiento es absoluto, una oscuridad profunda que tira de mí constantemente hacia abajo. Mi cuerpo está intacto, pero mi resonancia, mi conexión con la Señal, se siente... rota, o al menos gravemente dañada. Es como intentar escuchar una sinfonía a través de un ruido blanco ensordecedor; sé que la música está ahí, pero no puedo distinguirla.

Cada vez que floto cerca de la superficie de la consciencia, veo a Scrappy. Está sentada en una silla junto a mi cama improvisada, a veces durmiendo incómodamente, otras veces limpiando sus armas, pero siempre cerca. Su rostro, normalmente una máscara de sarcasmo y dureza, muestra líneas de preocupación genuina. Murmura cosas que no entiendo del todo, maldiciones dirigidas a Kex, a los Silenciadores, a mí por ser tan imprudente. Su presencia es un ancla inesperada en la oscuridad.

También soy consciente, en esos breves instantes, de otras presencias. Kex. A menudo está allí, observándome en silencio desde el otro lado de la bahía médica, a veces sola, a veces acompañada por sus técnicos médicos. Su mirada es indescifrable, una mezcla de curiosidad científica y cálculo frío. No me examina solo a mí; sus ojos también se detienen en los artefactos (el libro, el mapa, el Sintonizador) que Scrappy ha colocado cuidadosamente en una mesa cercana, como si intentara desentrañar su conexión conmigo, su verdadero potencial.

Puedo casi oír sus pensamientos, su evaluación lógica y desapasionada. El activo ha demostrado ser... inesperadamente poderoso. Capaz de canalizar resonancia armónica pura a niveles suficientes para neutralizar tecnología Silenciadora avanzada e incluso entidades resonantes corruptas de alto nivel. Los artefactos son la clave, pero su control sobre ellos es errático, instintivo, peligroso.

El potencial es inmenso, continúa su evaluación silenciosa. Podría ser la clave para contrarrestar no solo a los Silenciadores, sino quizás incluso la Estática Pura. Pero el riesgo es igualmente grande. Su poder es inestable. Su lealtad, incierta. La alianza ha sido beneficiosa, pero su creciente poder lo convierte tanto en un activo invaluable como en una amenaza potencial.

Siento la incertidumbre en su lógica fría. ¿Qué hará conmigo? ¿Intentará controlarme? ¿Estudiarme? ¿Eliminarme si me vuelvo demasiado peligroso o si mi utilidad disminuye? La alianza fue forjada por la necesidad, y esa necesidad inmediata ha pasado. Ahora, soy un factor desconocido en sus cálculos.

Mientras la oscuridad me reclama de nuevo, una última pregunta flota en mi mente: ¿He sobrevivido al Ritual de Silencio solo para caer en una trampa diferente, una jaula dorada construida por la lógica fría de los Mecanistas? El futuro sigue siendo tan incierto como siempre en la Necrópolis de Neón.