Transmisión 358

Fecha: Indeterminada (Estimado, ¿principios de 2190?) Hora: Indeterminada (Despertar)

CICLO 1: CAPÍTULO 15 - ECOS ROTOS Y NUEVOS CAMINOS

La consciencia regresa no como una luz repentina, sino como un lento amanecer filtrándose a través de espesas cortinas. Primero, los sonidos: el pitido rítmico y bajo de un monitor médico, el zumbido profundo y constante que reconozco como el Armonizador de Campo Nulo, y una respiración suave y cercana. Luego, las sensaciones: la textura áspera pero limpia de una sábana, la ligera calidez del aire, una ausencia total de la presión psíquica que me había oprimido durante tanto tiempo.

Abro los ojos. La luz es tenue, filtrada, de un tono dorado pálido. Estoy en una pequeña bahía médica, rodeado de equipos Mecanistas de aspecto funcional y austero. El campo armónico del taller me envuelve como una manta cálida y segura. Es la primera vez en mucho tiempo que me siento... en calma.

Giro la cabeza lentamente, cada músculo protestando. Scrappy está dormida en una silla junto a la cama, su cabeza apoyada en la pared, su pistola descansando en su regazo incluso en sueños. Parece agotada, más vieja. ¿Cuánto tiempo he estado fuera?

Intento moverme, pero mi cuerpo se siente pesado, débil. El agotamiento físico es profundo, pero es la otra sensación la que me alarma. Intento alcanzar la Señal, sentir los Ecos del taller, pero es como intentar agarrar humo. Mi resonancia, mi conexión fundamental con el universo... está dañada. No rota, quizás, pero sí quemada, como un circuito sobrecargado. Siento un vacío donde antes había música, una quietud aterradora que me recuerda demasiado al silencio de los Silenciadores. El pánico amenaza con aflorar.

Mi movimiento, aunque leve, despierta a Scrappy. Abre los ojos de golpe, su mano yendo instintivamente a su arma antes de enfocarme. Una expresión de sorpresa y alivio inunda su rostro.

"Joder, Archivero", dice, su voz ronca por el sueño. "¿Decidiste unirte al mundo de los vivos?" Se inclina hacia adelante, su ojo cibernético girando mientras me escanea. "Ya era hora. Empezaba a pensar que te habías ido de viaje astral permanente."

"¿Cuánto...?", mi propia voz es un susurro áspero, mi garganta seca.

"Casi tres ciclos completos", responde ella, ofreciéndome un vaso de agua con una pajita. Bebo con avidez. "Tres ciclos desde que te desplomaste después de... bueno, después de hacer explotar esa cosa de cristal gigante y salvar nuestros culos."

Recuerdos fragmentados de la batalla en el zigurat, del Cazador, de la sobrecarga armónica, vuelven a mí. "¿El ritual...?", pregunto.

"Detenido", confirma Scrappy, asintiendo. "Kex dice que el campo de silencio colapsó por completo. Lo logramos, Silas. Detuvimos a los Silenciadores." Hay orgullo en su voz, pero también una sombra de preocupación mientras me mira. "Pero casi te cuesta todo."

Intento procesar la información. Lo logramos. Pero el coste... Siento de nuevo ese vacío en mi resonancia, la música apagada. ¿Qué me ha pasado? ¿Podré recuperarme? El alivio de la victoria se mezcla con un miedo frío y profundo.