Transmisión 390

Fecha: Indeterminada (Amenaza en el Nexus) Hora: Indeterminada

"Tienes razón, Scrappy", digo, mi decisión tomada con una pesadez en el corazón. Dejar este lugar, este vínculo con los Arquitectos, se siente como un sacrilegio, pero la supervivencia es primordial. "No podemos quedarnos. El riesgo es demasiado alto. Prepara la salida."

Mientras Scrappy recoge rápidamente nuestro escaso equipo y revisa sus planes de escape por los túneles antiguos, me vuelvo hacia el Nexus una última vez. No puedo simplemente irme. Necesito intentar algo. Si su resonancia está atrayendo atención, necesito saber si puedo... apagarla, o al menos, ocultarla.

Me conecto de nuevo, enfocando mi intención a través de los artefactos. Busco en la interfaz armónica los controles relacionados con la emisión de energía, los protocolos de ocultación, cualquier cosa que pueda enmascarar la presencia del Nexus ahora que está activo. Es como buscar un interruptor específico en una central eléctrica alienígena usando solo el tacto y la intuición.

Siento la resistencia del Nexus. No está diseñado para ser apagado fácilmente. Su propósito es estabilizar, armonizar, ser un faro. Pero encuentro protocolos secundarios, relacionados con la contención de la Estática, que implican... modular la emisión, crear un campo de "silencio armónico" alrededor del Nexus mismo. Es complejo, arriesgado. Un error podría dañarlo permanentemente o liberar una oleada de energía incontrolada.

"¡Silas, tenemos que irnos!", me apremia Scrappy, mirando nerviosamente hacia la entrada del túnel por el que llegamos. "Las anomalías están justo afuera. ¡Sean lo que sean, están aquí!"

Ignoro el creciente pánico y me concentro, vertiendo mi resonancia en la secuencia de modulación que he encontrado. Siento cómo la canción del Nexus cambia, volviéndose más tenue, más introvertida. La luz brillante de la estructura central disminuye ligeramente, y la vibración en el aire se atenúa. No está apagado, pero está... enmascarado. Es lo mejor que puedo hacer.

Pero es demasiado tarde.

Justo cuando libero la conexión con el Nexus, escuchamos un sonido inconfundible desde el túnel de entrada: el chirrido de metal contra piedra, seguido por el pesado y rítmico paso de múltiples unidades Mecanistas.

Kex nos ha encontrado.

Las figuras blindadas de los Mecanistas emergen en la vasta cámara, sus armas levantadas, sus sensores rojos barriendo el espacio iluminado por el Nexus ahora atenuado. Son más que una simple patrulla; es una fuerza de asalto. Y a la cabeza, flanqueada por dos guardaespaldas de élite que reconozco vagamente como versiones mejoradas de Jax y Lyra, está la propia Kex.

Su ojo orgánico se posa en mí, luego en el Nexus Armónico detrás de mí. No hay sorpresa en su rostro, solo una fría satisfacción calculadora.

"Fascinante", dice Kex, su voz modulada resonando en la cámara ahora más silenciosa. "Un Corazón Resonante de los Arquitectos. Sabía que tu 'huida' te llevaría a algo significativo, Archivero. Has superado mis expectativas."

Scrappy levanta su pistola, interponiéndose entre Kex y yo. "No te acerques más, Kex."

Kex la ignora. "Este descubrimiento es... monumental. Asegurará el futuro del proyecto Mecanista. Archivero, tu cooperación ya no es opcional. Te unirás a nosotros, voluntariamente o no. Y este Nexus... será estudiado y utilizado según dicta la lógica."

La confrontación es inevitable. Estamos atrapados entre Kex, su fuerza de asalto Mecanista, y el poder recién despertado pero ahora atenuado del Nexus Armónico. La huida parece imposible. La lucha, desesperada.