TRANSMISIÓN 41
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Transmisión 41

Transmisión 041

Fecha: 10.02.2189 Hora: 14:30

Sigo a Scrappy a través de la abertura oculta, dejando atrás la relativa seguridad de su pequeño taller iluminado por la lámpara de aceite. El túnel secreto es inmediatamente diferente a los conductos metálicos y de hormigón por los que he viajado hasta ahora. Este es... antiguo. Mucho más antiguo.

Las paredes no son prefabricadas de la Era del Fulgor, sino que parecen estar hechas de enormes bloques de mampostería ciclópea, de una era de construcción que apenas reconozco de los archivos más profundos y oscuros. Los bloques están cubiertos por siglos, quizás milenios, de mugre acumulada, vetas oscuras dejadas por filtraciones constantes y el crecimiento invasivo de extraños hongos bioluminiscentes.

Estos hongos son la única fuente de luz aquí. Crecen en parches irregulares sobre las paredes y el techo, emitiendo un brillo débil y enfermizo de color naranja pálido. No es suficiente para ver con claridad, pero sí para distinguir las formas generales del túnel y evitar chocar contra las paredes. La luz fantasmal le da al lugar una atmósfera aún más extraña y opresiva.

El aire es espeso, pesado, con un olor terroso a descomposición profunda, a piedra húmeda y a algo más, algo orgánico y ligeramente dulce. Se oye el eco lejano de agua corriendo, no el goteo constante de los túneles superiores, sino un flujo más potente, quizás un río subterráneo o una fuga masiva en algún lugar profundo.

"Mantente cerca y no toques nada que brille demasiado", me advierte Scrappy por encima del hombro. Su lámpara de aceite, que ahora parece casi innecesaria pero que ella sigue llevando, oscila y proyecta sombras exageradas que danzan sobre las paredes cubiertas de hongos. Su brazo cibernético emite un suave zumbido hidráulico con cada paso. "Algunos de estos hongos son... reactivos. Y no querrás saber a qué reaccionan."

Asiento en silencio, aunque ella no puede verme en la penumbra. Mantengo las manos pegadas al cuerpo, evitando cuidadosamente cualquier contacto con los parches brillantes. La idea de hongos explosivos o parásitos activados por el tacto no es algo que quiera experimentar.

Seguimos a Scrappy a través de una serie de túneles serpenteantes que parecen excavados en la roca madre, conectados por cámaras parcialmente derrumbadas donde tenemos que escalar sobre montones de escombros resbaladizos. El camino es irregular, traicionero. Scrappy se mueve con una agilidad que desmiente sus modificaciones toscas. Su cuerpo cibernético y orgánico parece perfectamente adaptado a este terreno, sus pasos seguros, sus movimientos eficientes.

Yo, en cambio, soy un desastre. Tropiezo constantemente con piedras sueltas, resbalo en las superficies húmedas y cubiertas de musgo, y mi túnica de archivero se engancha en cada saliente. El contraste entre su competencia y mi torpeza es embarazoso.

Mientras lucho por mantener el ritmo, intento concentrarme en mi sensibilidad a los Ecos. Sigue sintiéndose... apagada. Amortiguada. Como si el purgador neural no solo hubiera limpiado los efectos del lodo, sino que también hubiera puesto un velo sobre mi habilidad. Puedo sentir los Ecos aquí, son antiguos, profundos, diferentes a los Ecos más recientes de los niveles industriales. Ecos de construcción, de rituales olvidados, de cataclismos geológicos. Pero son débiles, confusos, difíciles de sintonizar. Es como intentar escuchar una conversación en una lengua muerta a través de una pared gruesa.

¿Es el lugar? ¿Es el purgador? ¿O soy yo, que todavía no sé cómo usar esta maldita habilidad correctamente? Sea lo que sea, me siento más ciego que nunca, justo cuando más necesito mis sentidos. Solo puedo confiar en mi nueva y reacia guía.

Transmisión recibida: 4/17/2025

ID: 41