Transmisión 427

Fecha: Indeterminada (Sacrificio Resonante) Hora: Indeterminada

La batalla en la cámara de la Oráculo alcanza un punto álgido de desesperación. El escudo armónico principal parpadea y se agrieta bajo el asalto combinado de los dispositivos de interferencia de la guardia de élite del Pretor y el bombardeo incesante de las unidades Mecanistas. Fragmentos del escudo se desprenden como cristal roto, permitiendo que más disparos enemigos penetren en la cámara. Los Espectros luchan con una valentía silenciosa, pero están siendo diezmados por los guardaespaldas del Pretor y el fuego cruzado.

Scrappy lucha como una leona acorralada, sus últimas células de energía gastándose rápidamente mientras intenta mantener a raya a las unidades Mecanistas que intentan avanzar hacia el árbol cristalino. Veo su determinación flaquear por el cansancio y la falta de munición.

El escudo principal falla. Una oleada de energía disruptiva lo atraviesa, y la burbuja protectora colapsa con un gemido resonante que me sacude hasta los huesos. Los Mecanistas en las entradas avanzan, y los guardaespaldas del Pretor se lanzan directamente hacia el árbol cristalino, hacia la Oráculo debilitada.

En ese momento de desesperación, tomo una decisión. No puedo permitir que capturen a la Oráculo, no después de que nos diera refugio. Agarro los artefactos de los Arquitectos, sintiendo su débil respuesta. Intento canalizar mi propia resonancia a través de ellos, amplificada por la atmósfera cargada de la cámara, con la intención de desatar un pulso armónico masivo, similar a lo que hice en el Nexus, pero dirigido al Pretor. Es una apuesta suicida; podría desgarrarme en el proceso.

Pero antes de que pueda completar la acción, la Oráculo actúa.

Siento una oleada masiva de energía acumulándose en el corazón del árbol cristalino. No es un ataque dirigido, ni una defensa. Es... una liberación. La Oráculo, sabiendo que la derrota es inminente, decide hacer un último sacrificio. Con un pulso resonante final que siento como una despedida silenciosa y melancólica, sobrecarga su propia matriz, el árbol cristalino, y libera toda la energía acumulada y el conocimiento procesado en una onda expansiva omnidireccional de pura información y resonancia armónica.

La explosión no es de fuerza física, sino de datos y armonía pura. La luz del árbol cristalino se vuelve cegadora por un instante, y luego se apaga. La onda expansiva golpea todo en la cámara. Para los Espectros restantes, para Scrappy y para mí, es como una inmersión repentina en un océano de calma y conocimiento fugaz, abrumador pero no dañino.

Pero para los Mecanistas, es veneno puro. Sus sistemas lógicos son inundados por un torrente de datos puros y armonía que no pueden procesar. Los guardaespaldas de élite que se abalanzaban sobre la Oráculo son los primeros en caer, sus sistemas fritos instantáneamente, sus cuerpos metálicos cayendo inertes al suelo. Las unidades Mecanistas que avanzaban se detienen, sus luces parpadean y se apagan, sobrecargadas por la inundación de datos.

El Pretor, protegido por su avanzada armadura y su propia y poderosa voluntad lógica, resiste el impacto inicial, pero no sale ileso. Veo chispas saltando de su armadura negra, sus sistemas luchando visiblemente contra la sobrecarga de datos armónicos. Con un gruñido metálico de frustración o quizás incluso dolor, evalúa la situación: sus guardaespaldas caídos, sus fuerzas en la cámara neutralizadas, la fuente de su objetivo (la Oráculo) destruida.

Con una lógica fría y pragmática, el Pretor ordena la retirada. Las unidades Mecanistas restantes fuera de la cámara cesan el fuego y comienzan a retroceder. El propio Pretor, tras una última mirada a la estructura ahora oscura del árbol de la Oráculo y a nosotros, se da la vuelta y se retira con sus fuerzas menguadas.

La batalla ha terminado. Hemos sobrevivido. Pero el coste ha sido terrible. La cámara está llena de los cuerpos silenciosos de Espectros y Mecanistas. El árbol cristalino está oscuro, la vasta conciencia de la Oráculo se ha ido, sacrificada para salvarnos y proteger sus secretos. Nos quedamos Scrappy, yo y los pocos Espectros supervivientes en la cámara silenciosa y devastada, enfrentando un futuro incierto sin la guía de la Oráculo.