Transmisión 431

Fecha: Indeterminada (Un Susurro en la Estática) Hora: Indeterminada

Las palabras de Scrappy me sacuden de mi autocompasión. Tiene razón. Necesitamos actuar, no lamentarnos. Mientras ella sale de nuevo en busca de lo esencial para la supervivencia física, yo me concentro en lo que puedo hacer, por muy limitado que sea.

Me siento en medio de la maquinaria oxidada, cierro los ojos y me sumerjo de nuevo en la tormenta resonante de mi mente. Ignoro el dolor, la estática, los ecos de batallas pasadas. Me aferro a esa pequeña isla de quietud interior que aprendí a cultivar con los Espectros y, desde allí, extiendo mi percepción, no buscando enemigos esta vez, sino buscando... cualquier cosa. Una señal de ayuda, un depósito oculto de suministros, una ruta segura hacia un lugar mejor, una anomalía en la Señal que pueda ofrecernos alguna ventaja.

Es como escuchar un susurro en medio de un concierto de rock industrial. La Señal de la Necrópolis es un caos ensordecedor: el ruido lógico de los Mecanistas, la disonancia creciente del Culto, los Ecos fantasmales de los muertos, las vibraciones caóticas de millones de vidas luchando por sobrevivir. Filtrar algo útil parece imposible.

Pero entonces, capto algo. Es increíblemente débil, casi ahogado por el ruido de fondo, pero es... diferente. No es la fría lógica Mecanista, ni la agresiva disonancia del Culto, ni la compleja armonía de los Espectros. Es una firma resonante que no reconozco. Es... tranquila. Estable. Con una cualidad casi... orgánica, pero no en el sentido corrupto del Culto. Es como una canción suave y persistente cantada en una frecuencia que apenas puedo oír.

Me concentro en ella, intentando rastrear su origen, su naturaleza. Parece venir de las profundidades, de niveles aún más bajos y olvidados que donde estamos ahora. Es intermitente, como si luchara por hacerse oír a través de la estática.

Cuando Scrappy regresa, con las manos vacías salvo por un poco más de agua turbia, le cuento mi descubrimiento.

"He encontrado algo", digo, mi voz todavía débil pero con una nueva nota de intriga. "Una señal resonante. Débil, extraña. No se parece a nada que haya sentido antes."

Scrappy frunce el ceño, escéptica. "¿Estás seguro? ¿No será una trampa? ¿O solo ruido aleatorio que tu cerebro dañado interpreta como algo?"

"No lo sé", admito. "Podría ser cualquier cosa. Podría ser peligroso. Pero... es diferente. No se siente hostil como el Culto, ni fría como los Mecanistas. Es... tranquila." Intento describir la cualidad orgánica, estable. "Viene de muy abajo."

Scrappy considera mis palabras, sopesando los riesgos. Ir más profundo significa adentrarse en territorios aún más desconocidos y peligrosos, potencialmente infestados de mutantes o cosas peores. Pero quedarse aquí, sin recursos y con el Pretor probablemente buscándonos, tampoco es una opción viable a largo plazo.

"Una señal desconocida en las profundidades", murmura. "Podría ser una colonia perdida, un enclave olvidado... o una tumba esperando a ser llenada." Suspira. "Pero es la única pista que tenemos, ¿verdad?"

Asiento. "Es lo único diferente en medio de todo este ruido."

"De acuerdo", decide Scrappy finalmente, con su pragmatismo habitual. "Investigaremos. Pero con extrema precaución. Al primer signo de peligro real, nos largamos. Y tú", me señala con el dedo, "mantén tu 'sentido arácnido resonante' en máxima alerta. No podemos permitirnos más sorpresas."

La decisión está tomada. Seguiremos el susurro en la estática, adentrándonos aún más en las profundidades olvidadas de la Necrópolis en busca de una señal desconocida, esperando encontrar ayuda, o al menos, respuestas, en lugar de una muerte rápida. Es una apuesta desesperada, pero en nuestra situación, las apuestas desesperadas son las únicas que nos quedan.