Transmisión 435

Fecha: Indeterminada (El Jardín Silencioso) Hora: Indeterminada

Pasamos varios ciclos en la inmensa caverna bioluminiscente, un período de calma y recuperación que contrasta brutalmente con todo lo que hemos vivido antes. Nuestros anfitriones, a quienes mentalmente empiezo a llamar los "Lumin" por la suave luz que emana de ellos y de su entorno, nos dejan en paz en gran medida, pero nos proporcionan comida (frutas y vegetales luminosos increíblemente nutritivos), agua pura y un espacio seguro para descansar.

Observamos su modo de vida. Es simple, agrario y profundamente conectado con el ecosistema único de la caverna. Pasan sus días cuidando los vastos jardines de hongos y plantas cristalinas, guiando los arroyos, y participando en largas sesiones de meditación silenciosa, a menudo sentados cerca de las plantas más grandes o las cascadas. Su sociedad parece funcionar sin jerarquías obvias ni conflictos, una existencia comunal basada en la armonía resonante que comparten entre sí y con su entorno. No vemos tecnología avanzada, ni armas, ni siquiera herramientas complejas más allá de simples implementos de jardinería hechos de hueso o madera endurecida. Su "tecnología" es la propia vida, la resonancia biológica.

Intento aprender de ellos. Durante mis propias meditaciones, me esfuerzo por sintonizar con su resonancia colectiva, no para entrometerme, sino para comprender. Siento cómo su "canción" fluye a través de la caverna, conectando a cada Lumin con los demás y con las plantas luminosas. Es una resonancia centrada en la vida, el crecimiento, la sanación y el equilibrio. A diferencia de la resonancia de los Arquitectos (basada en la estructura y la información) o la de los Espectros (centrada en los datos y la preservación), la de los Lumin es puramente orgánica.

Algunos Lumin, sintiendo mi interés y mi propia (aunque dañada) sensibilidad resonante, se acercan durante mis meditaciones. No hablan, pero comparten su resonancia conmigo, guiándome suavemente. Me enseñan, a través de sensaciones y emociones puras, cómo sentir el flujo de la vida en las plantas, cómo extraer energía calmante del entorno, cómo usar la armonía biológica para sanar no solo las heridas físicas, sino también las cicatrices resonantes. Es un proceso lento, intuitivo, muy diferente a descifrar los textos de los Arquitectos o aprender las técnicas de los Espectros. Siento que mi propia resonancia, aunque todavía marcada por la estática, comienza a sanar de una manera más profunda, más fundamental, bajo su influencia.

Scrappy, mientras tanto, observa todo con una mezcla de asombro y profunda sospecha. Acepta la hospitalidad, pero nunca baja la guardia. Explora los límites de la caverna (hasta donde se lo permiten sin intervención), estudia a los Lumin, intenta comprender cómo funciona este ecosistema sin tecnología aparente.

"Es demasiado bueno para ser verdad, Silas", me dice una noche. "Un paraíso escondido bajo la peor cloaca del universo. Sin defensas, sin armas... ¿cómo han sobrevivido? ¿Qué pasa si alguien más los encuentra? ¿O qué pasa si no son tan pacíficos como parecen?"

Su cautela es comprensible, pero no puedo evitar sentir la genuina paz de este lugar, la autenticidad de la armonía de los Lumin. Por primera vez desde que todo comenzó, siento que mis heridas, tanto físicas como resonantes, realmente comienzan a cerrarse. Pero la pregunta de Scrappy resuena: ¿es este jardín silencioso un verdadero santuario, o solo una hermosa ilusión esperando ser destrozada?