Transmisión 437

Fecha: [Generando Fecha Actual - Asumida: 01.07.2189] Hora: [Generando Hora Actual - Asumida: 03:14]

Oscuridad. Frío. Dolor.

El metal muerde mis manos. Cada respiración es una cuchillada de aire químico, espeso, que sabe a óxido y a algo peor... algo dulce y podrido que se retuerce en mi cerebro. Intento toser, pero solo consigo un espasmo ahogado que envía relámpagos de dolor a través de mi pecho. ¿Costillas rotas? Probable.

¿Dónde...? La explosión... luz dorada... el Cazador... ¿Scrappy? ¿Gear? Sus nombres son ecos distantes, fragmentos de un sueño febril. ¿Están...? No. No puedo pensar en eso. No ahora.

Estoy en un tubo. Un conducto. Metal por todas partes, resbaladizo por alguna sustancia viscosa. Desciende. La gravedad tira de mí hacia abajo, hacia una oscuridad aún más profunda. Los vapores... son más densos aquí abajo. Me nublan la mente, hacen que las sombras bailen donde no hay luz. Oigo... susurros. Metálicos. Raspaduras. ¿Son reales? ¿O es el veneno en el aire jugando con mis sentidos? Paranoia. El archivo lo decía. Crece como moho en mi cráneo.

Manos. Me duelen. Cortes profundos, sangran lentamente sobre el metal. Intento moverme, arrastrarme hacia abajo. Lejos de la peor concentración de vapores. Cada movimiento es una agonía. Mis músculos gritan, agotados, quemados. El sonido de mi propio cuerpo arrastrándose por el tubo es ensordecedor en el silencio opresivo. Un sonido húmedo, rasposo. Patético.

Perdí el datapad. La brújula. Mi conexión con el mundo exterior, mi sentido de la dirección... arrancados. ¿Cómo? ¿La explosión? No recuerdo nada después de la luz... y luego esta oscuridad asfixiante.

Tengo que salir. Tengo que... respirar. Aire limpio. Solo eso. Un objetivo simple. El único que mi mente fracturada puede sostener.

Abajo. Sigo descendiendo. El conducto parece estrecharse. Oigo un goteo constante en algún lugar adelante. ¿Agua? ¿O algo peor? El olor cambia sutilmente. Menos químico, más... orgánico. Húmedo. Como tierra removida o... carne vieja.

Un escalofrío recorre mi espalda, no por el frío. Los susurros parecen más cercanos ahora. No son palabras. Solo... sonido. Como insectos arrastrándose sobre metal. O dientes rechinando.

¿Estoy solo aquí abajo?

La determinación es una brasa débil, casi ahogada por el miedo y el dolor. Pero sigue ahí. Tengo que seguir. Tengo que encontrar una salida. Por Scrappy. Por Gear. Por mí.

Aunque solo sea para morir bajo un cielo que no sea de metal oxidado.

Abajo. Siempre abajo. Hacia el goteo y los susurros.