TRANSMISIÓN 46
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Transmisión 46

Transmisión 046

Fecha: 15.02.2189 Hora: 15:52

Tiro del Eco. No lo atraigo, solo lo perturbo. Una pequeña sacudida psíquica a un recuerdo residual de energía arcana descontrolada. Una piedra en un estanque de caos latente.

El efecto es instantáneo. Y aterradoramente desproporcionado.

El aire en la vasta caverna crepita, cargándose de una electricidad estática tan intensa que me eriza el vello y hace saltar chispas entre los restos metálicos. Las pocas luces de emergencia que aún funcionaban en la estación parpadean violentamente, como estroboscopios enloquecidos, y luego se apagan con un chasquido, sumiendo la caverna en una oscuridad aún más profunda, rota solo por el brillo de los hongos y las estalactitas y el resplandor azulado que ahora emana del vagón cercano.

Un zumbido agudo, casi subsónico, llena el aire, vibrando en mis dientes y huesos. El vagón volcado junto al que me escondo, la fuente del Eco que he perturbado, comienza a vibrar visiblemente. Chispas azules y blancas, energía pura y descontrolada, brotan de sus paneles rotos y cables arrancados, iluminando la escena con destellos erráticos y peligrosos. El metal gime bajo una tensión invisible.

Los dos Patrulleros de Chatarra, que avanzaban implacablemente hacia nosotros, se detienen en seco. Sus cabezas con sensores giran erráticamente, sus ópticas rojas parpadeando. El clic-clac de sus articulaciones se vuelve irregular, espasmódico. La repentina sobrecarga de energía ambiental y la masiva perturbación de Ecos parecen haber confundido sus sensores primitivos, interrumpiendo sus protocolos de combate. Están momentáneamente desorientados, como insectos aturdidos por una luz demasiado brillante.

"¡Ahora!", grita Scrappy, su voz resonando por encima del zumbido energético. No ha perdido ni un segundo. Aprovechando la confusión de los constructos, sale disparada de debajo del vagón, su pistola modificada ya en posición.

Abre fuego. Los disparos de su arma no son como los láseres o proyectiles estándar. Son ráfagas de energía cinética sólida, que impactan contra el chasis del constructo más cercano con la fuerza de un martillo neumático. Chispas vuelan donde los proyectiles golpean el metal blindado. El constructo retrocede un paso, sus sistemas claramente afectados por la potencia de fuego inesperada.

"¡Muévete, Archivero, muévete!", me grita Scrappy sin apartar la vista de los robots.

Salgo a trompicones de debajo del vagón, mis piernas temblando por la adrenalina y el esfuerzo de manipular el Eco. Corro agachado, usando los restos de los otros vagones como cobertura improvisada, dirigiéndome hacia el túnel oscuro al otro lado de la caverna, la ruta por la que teníamos que continuar.

Oigo el chirrido metálico agudo cuando los constructos empiezan a recuperarse de la confusión. Sus protocolos de combate se reactivan. Devuelven el fuego. Proyectiles energéticos azules silban a mi alrededor, impactando contra los restos metálicos con explosiones cegadoras, haciendo llover trozos de metal y hormigón. Corro más rápido, el miedo impulsándome.

Scrappy me alcanza, corriendo hacia atrás mientras sigue disparando ráfagas de cobertura hacia los constructos que avanzan pesadamente. Su habilidad en combate es impresionante, una danza mortal entre los escombros.

Llegamos a la boca del túnel opuesto justo cuando uno de los disparos de los constructos impacta peligrosamente cerca, arrancando un trozo de la antigua mampostería sobre nuestras cabezas. Nos lanzamos a la oscuridad protectora del nuevo túnel mientras Scrappy dispara una última ráfaga desafiante hacia la caverna iluminada por las chispas.

Corremos. Corremos por el túnel oscuro y desconocido, sin detenernos, hasta que el sonido del combate, los disparos y los chirridos metálicos de los Patrulleros de Chatarra se desvanecen en la distancia detrás de nosotros. Solo entonces Scrappy reduce la velocidad, permitiéndome alcanzarla mientras ambos jadeamos, intentando recuperar el aliento en la oscuridad sofocante.

Hemos escapado. Por los pelos. Gracias a una combinación de la rapidez de Scrappy y mi propia y peligrosa improvisación con los Ecos. Pero el alivio es momentáneo. Estamos más profundos en la Red, hemos hecho ruido, y hemos confirmado que mi habilidad, aunque útil, es increíblemente peligrosa de usar.

Transmisión recibida: 4/17/2025

ID: 46