Transmisión 475

Fecha: 19.04.2189 (?) Hora: Indeterminada

El tiempo se disuelve en ciclos de jadeos febriles y el eco distante del goteo. La rigidez que atenazaba el cuerpo de Silas (T474) disminuye ligeramente, reemplazada por una laxitud que habla más de agotamiento extremo que de alivio. Su piel sigue caliente y seca al tacto imaginado, los labios visiblemente agrietados.

La interfaz, sin embargo, no permanece pasiva. El pulso azul arrítmico continúa, pero el zumbido profundo y resonante (T474) se intensifica gradualmente. Ya no es solo una vibración física perceptible en la pierna; se convierte en una nota grave, casi sub-sónica, que parece llenar el espacio inmediato alrededor de Silas, presionando contra los tímpanos, haciendo vibrar el metal del conducto de una manera sutil pero perceptible.

Esta resonancia no es caótica. Aunque profunda y extraña, posee una estructura discernible, una cadencia lenta y repetitiva, como un canto fúnebre mecánico o el latido de un corazón colosal y alienígena. Las líneas azules bajo la costra fibrosa parpadean en sincronía con esta cadencia arrítmica, no con el brillo agudo de la estimulación (T473), sino con una luminiscencia suave y ondulante.

En las profundidades de la inconsciencia de Silas, algo responde. No es un pensamiento coherente, ni siquiera una emoción clara. Es una perturbación en el tejido mismo de su ser latente, un eco despertando en respuesta a la llamada resonante. Una sensación subconsciente de... familiaridad distorsionada. Como escuchar una canción conocida tocada terriblemente desafinada o con instrumentos equivocados. Hay una tensión interna, una resistencia instintiva contra la resonancia alienígena, pero también una atracción innegable, la respuesta de un resonador a una frecuencia, aunque sea extraña y potencialmente peligrosa.

La interfaz no parece buscar una respuesta física directa esta vez. Su acción es más sutil, una inmersión en el campo resonante, una prueba de compatibilidad o quizás un intento de sintonización forzada. El zumbido grave y estructurado continúa, envolviendo a Silas, sondeando las profundidades de su conexión dormida con la Señal.