El breve descanso termina demasiado pronto. Con un último ajuste a su brazo cibernético y un gruñido de satisfacción (o quizás solo de resignación), Scrappy se pone en pie y recoge su lámpara. "En marcha, Archivero. Cuanto más tiempo pasemos aquí, más posibilidades hay de que algo nos encuentre."
Continuamos nuestro viaje a través de la oscuridad laberíntica. La guía de Scrappy sigue siendo impecable, navegando por túneles que parecen idénticos para mí, evitando peligros invisibles y manteniéndonos en movimiento constante.
Mientras camino, noto que mi sensibilidad a los Ecos sigue cambiando. La sensación de amortiguación dejada por el purgador neural se desvanece lentamente, pero no vuelve a ser como antes. Es... diferente. Más nítida en algunos aspectos, como si la experiencia con el capullo psíquico y la perturbación en la estación hubieran afinado mi percepción de alguna manera. Puedo sentir las capas de historia y emoción impregnadas en las paredes de la Red con más claridad: Ecos de construcción antigua, de abandono durante la Cacofonía, de luchas territoriales entre bandas olvidadas, de muerte solitaria y desesperación silenciosa. Es un océano de tragedia y memoria residual.
Pero esta mayor nitidez también me hace más vulnerable. El ruido de fondo es más intenso, la cacofonía psíquica amenaza constantemente con abrumarme si no mantengo la concentración. Y siento las presencias con más intensidad.
Incluyendo una en particular.
Una presencia fría. Persistente. Siguiéndonos.
El Cazador de Ecos.
No está cerca. No inmediatamente detrás de nosotros. Pero está ahí. En algún lugar de la oscuridad laberíntica que hemos dejado atrás. Puedo sentir su Eco vacío y depredador como una mancha fría en el flujo constante de resonancia psíquica. No se ha rendido. Sigue mi rastro. Acercándose lenta, inexorablemente.
La sensación me produce un escalofrío constante en la espalda. Intento no mostrar mi miedo, pero Scrappy, con su aguda percepción, parece notar mi tensión.
En una ocasión, mientras atravesamos un túnel particularmente silencioso, ella se detiene abruptamente. Gira la cabeza, su ojo cibernético brillando intensamente mientras escanea la oscuridad detrás de nosotros. Permanece así durante casi un minuto, inmóvil, escuchando o sintiendo algo que yo apenas percibo.
"Hay algo... siguiéndonos", murmura finalmente, su voz baja y preocupada. "Una firma de Eco extraña. Fría. Vacía. Pero fuerte. No se parece a nada que haya sentido antes en la Red."
"El Cazador", digo en voz baja, confirmando sus sospechas y las mías.
Scrappy asiente sombríamente, su expresión endureciéndose. "Sea lo que sea, no me gusta. Tenemos que darnos prisa. Poner más distancia y más giros entre nosotros y esa cosa."
Aumentamos el ritmo de nuevo, moviéndonos más rápido, tomando desvíos aún más tortuosos a través de túneles estrechos y pasajes peligrosos. El miedo al Cazador nos impulsa, una amenaza silenciosa y desconocida que es quizás peor que las bandas y las criaturas que Scrappy conoce y sabe cómo evitar.
Finalmente, después de lo que calculo que deben haber sido varias horas más de viaje agotador y tenso, llegamos a una sección diferente de la Red. Los túneles aquí cambian. Son más anchos, claramente construidos con un metal más moderno, aunque igualmente corroído y cubierto de mugre. En las paredes, vemos restos de señales de tráfico antiguas y descoloridas, con pictogramas y nombres de sectores que ya no existen o fueron renombrados hace mucho tiempo. Flechas que apuntan a "Nivel de Carga Gamma" o "Acceso Sector Residencial 9". Ecos de una era ligeramente menos antigua, pero igualmente muerta.
"Estamos cerca", anuncia Scrappy, su voz mostrando un ligero alivio por primera vez en horas. "Los límites de los Distritos Olvidados. Esta era una de las principales arterias de transporte de carga antes de la Cacofonía." Mira a su alrededor, evaluando el entorno. "Ahora es... territorio fronterizo. Menos criaturas extrañas, pero más actividad de bandas y carroñeros. Y patrullas ocasionales de Silenciadores perdidos."
Se detiene ante una enorme puerta blindada que bloquea la mayor parte del túnel. Está parcialmente desprendida de sus goznes, colgando en un ángulo precario. Su superficie está cubierta de grafitis extraños, símbolos de advertencia de diversas bandas y marcas territoriales superpuestas.
"Este es el punto donde te dejo, Archivero", dice Scrappy, volviéndose hacia mí. Su tono es práctico, final. El final de nuestro viaje juntos ha llegado.
Transmisión recibida: 4/17/2025
ID: 49