Transmisión 491

Fecha: 19.04.2189 (?) Hora: Indeterminada

La decisión de la interfaz (T490) se traduce en acción inmediata. El campo azul pulsante que emanaba hacia el cuello de Silas (T488) se desvanece abruptamente. Casi al instante, el temblor residual que resurgía en los valles del pulso (T489) comienza a intensificarse, amenazando con volver a la vibración generalizada vista en T485.

Sin embargo, antes de que el temblor pueda establecerse por completo, la interfaz despliega una nueva táctica. La luz ámbar fija (T490) cambia a un violeta profundo y helado. Simultáneamente, el zumbido grave con pulsación deliberada se transforma en un silencio casi absoluto, reemplazado por una vibración subsónica de frecuencia extremadamente baja, apenas perceptible pero que parece penetrar hasta los huesos.

Esta vibración de baja frecuencia no se proyecta hacia el cuello, sino que emana directamente de la superficie de la interfaz en la pierna, extendiéndose por todo el cuerpo de Silas como una onda de frío paralizante, mucho más profunda y fundamental que la inducida por el campo azul.

La respuesta fisiológica es drástica. El temblor incipiente se detiene, no suprimido por una fuerza contraria, sino simplemente apagándose, como si los músculos perdieran la energía necesaria para vibrar. La rigidez muscular también se disuelve, pero no en una relajación, sino en una flacidez total, una pérdida completa de tono.

La respiración, liberada de la constricción, no mejora; por el contrario, se vuelve extremadamente lenta y superficial, apenas un movimiento fantasmal del pecho. El pulso, monitorizado por la interfaz, se ralentiza significativamente, volviéndose débil pero manteniendo un ritmo metronómico impuesto por la vibración subsónica. La temperatura corporal, ya baja, comienza a descender aún más.

A nivel subconsciente, Silas experimenta esto como un hundimiento final en un océano helado y silencioso. La tortura rítmica de frío/vibración (T489) cesa, reemplazada por una quietud absoluta y un frío que no solo paraliza, sino que parece absorber toda energía y conciencia. Es una sensación de disolución pacífica pero aterradora.

La interfaz, ahora con su luz violeta profunda y emitiendo la vibración subsónica, monitoriza la transición. Las líneas azules en su superficie (T458, T464, etc.) se han desvanecido por completo. Parece haber inducido un estado de estasis biológica, reduciendo las funciones vitales al mínimo absoluto para conservar energía y evitar las complicaciones del ciclo anterior. Silas está ahora en un estado aún más precario, suspendido al borde de la muerte por la propia máquina que intenta mantenerlo vivo.