La elección pende ante mí, tan clara y brutal como la luz blanca que emana del corazón de la máquina Nexo. Cooperación o soledad. Conocimiento guiado o ignorancia peligrosa. Seguridad relativa o libertad casi suicida.
Miro la esfera de luz blanca, sintiendo su calma artificial intentando filtrarse en mi mente, apaciguar mis miedos, nublar mi juicio. La oferta de los Custodios es increíblemente tentadora. Conocimiento sobre los Arquitectos, sobre la Cacofonía, sobre la Señal. Entrenamiento para controlar mi resonancia, para entender el mapa estelar. Protección contra los Silenciadores y el Cazador, al menos mientras permanezca aquí, bajo su tutela. Todo lo que necesito para sobrevivir, para dejar de ser una víctima de mi propia habilidad y de las circunstancias.
Pero las palabras de Scrappy resuenan con fuerza en mi memoria: Nadie ayuda gratis. Siempre tienen una agenda. ¿Cuál es la agenda oculta de los Custodios? Su objetivo de "sanación lenta" y "armonización" suena noble, pero ¿a qué coste? ¿Implica mantener este estado de decadencia y sufrimiento indefinidamente? ¿Implica sacrificar a otros, como ellos mismos se sacrifican, para mantener su frágil equilibrio?
Si acepto, me convierto en su herramienta. Un "Resonante" entrenado para servir a su propósito, para interpretar el mapa según su visión, para actuar según sus directrices. Perdería mi independencia, la poca que he logrado arañar en mi huida. Me ataría a su filosofía, a su misteriosa "Señal", a su guerra fría contra las otras facciones. Confiaría mi destino a seres fundamentalmente ajenos, seres que me han manipulado desde el principio, que me ven como una pieza "ruidosa" en su tablero cósmico.
La alternativa es aterradora. Volver a la oscuridad, a la caza constante. Enfrentarme solo al Cazador, a los Silenciadores, a los peligros desconocidos de los Distritos Olvidados. Intentar descifrar el mapa y controlar mi poder por mi cuenta, con el riesgo constante de cometer errores fatales. Las posibilidades de supervivencia son, como dijo la Custodia, bajas.
Pero sería mi elección. Mis errores. Mi camino.
"Necesito tiempo para pensar", digo finalmente, mi voz resonando en la quietud de la caverna. Necesito sopesar las implicaciones, escuchar mi propio instinto más allá de la influencia calmante del Nexo.
<< El tiempo es un lujo que quizás no tengas, Resonante >>, responde la Custodia, su voz mental tranquila pero con un matiz de advertencia. << Tus perseguidores no descansan. Y la influencia protectora del Nexo no se extiende indefinidamente más allá de estas paredes. >> Hace un gesto hacia la esfera de luz. << Pero te concederemos un ciclo estándar para meditar tu decisión. Puedes descansar aquí, en la relativa seguridad del Nexo. Reflexiona. Siente las corrientes. Y elige tu camino. >>
Un ciclo. Aproximadamente un día estándar. No es mucho tiempo para decidir el destino de mi vida, y potencialmente el de la realidad misma.
Sin esperar mi respuesta, la Custodia de túnica gris se gira con una fluidez silenciosa y se desliza hacia las sombras en el borde de la caverna. No hay sonido, no hay perturbación en el aire. Simplemente... desaparece. Tan misteriosamente como había aparecido.
Me quedo solo de nuevo. Solo en el corazón palpitante de una máquina arcana ancestral, bajo la mirada impasible de la luz blanca pura. Solo con mis pensamientos, mis miedos, y una elección imposible. El peso de los eones y el futuro incierto de este mundo roto descansan sobre mis hombros cansados. Y solo tengo un ciclo para decidir qué hacer con ellos.
Transmisión recibida: 4/17/2025
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